Nacido a partir de un movimiento antitaurino hace años, el PACMA se encuentra ante la oportunidad de transformarse y pasar de la anécdota ecologista en los resultados electorales a entrar en las instituciones por primera vez. En las generales de 2004, obtuvo alrededor de 45.000 votos, cifra que en 2016 se incrementó hasta los 285.000, de los que 16.964 procedieron de Galicia. Y ahora el CIS le concede opciones de lograr hasta dos escaños a una fuerza que esta campaña ha utilizado la irrupción de Vox para situarse como su antagonista. Frente a la "involución" que reprocha a los primeros, ellos avanzan una "re-evolución", según su propaganda electoral.

Su programa se centra en la protección de los animales, prometiendo la prohibición de la compraventa de mascotas, su esterilización obligatoria y la eliminación de los zoos y acuarios. Pero también incluye medidas como el "blindaje constitucional" de las pensiones o una "garantía de ingresos mínimos" para los ciudadanos.

El partido protagonista de las protestas contra el famoso Toro de la Vega o las protestas contra el campeonato estatal de caza de zorros celebrado en Galicia prepara su salto. Y lo hace reivindicando un apoyo consciente y no la recepción de papeletas descontentas ansiosas de sacudir el sistema. "La gente que vota al PACMA tiene identidad y quien nos vota no quiere votar a otros partidos", asegura Laura Duarte, candidata del partido a la presidencia del Gobierno y número 1 al Congreso por Madrid.

Duarte rechaza no solo que se considere a PACMA algo así como la papelera del voto desencantado, sino también las apelaciones al "voto útil" que usan PP y PSOE para frenar la dispersión de sus electorados. "El voto útil es quizás el término que más daño ha hecho a la democracia, lo que pretende es concentrar el voto en torno a una o dos fuerzas, esa es la esencia contraria de la democracia y la representación de las Cámaras", espeta la candidata del PACMA, que añade: "Nos molesta que siempre se hable de PACMA como el partido comodín, cuyos votantes podrían votar a cualquier otro partido, pero no somos el hermano pequeño de nadie, tenemos identidad propia".

En un momento de fragmentación política que podría derivar en un Congreso de reparto de fuerzas inédito, Duarte aplica su propia lógica para explicar la falta de definición de su partido, por ejemplo, en el modelo territorial. "PACMA está formado por personas que si han sido capaces de empatizar con quienes son tan diferentes a nosotros, como son los animales, cómo no vamos a preocuparnos y luchar por aquellos que realmente nos afecta. Somos el partido con mayor sentido de la justicia social y la empatía", alega.

El PACMA cuenta con alrededor de cinco mil socios y un presupuesto de 41.302 euros para la campaña gracias a las donaciones de simpatizantes y afiliados. Y aun así, aparecen en las encuestas como posibles debutantes en el Congreso y casi fijos en el Parlamento Europeo en las elecciones del 26 de mayo. "Y siempre hemos superado las predicciones del CIS", añade, optimista, Duarte.

El partido animalista reconoce que su oportunidad de alcanzar las instituciones reside en unos comicios generales. En Galicia, por ejemplo, el límite electoral del 5%, fijado en tiempos de Manuel Fraga (PP), convierte en una quimera, de momento, lograr un escaño.