En el privilegiado entorno de la ensenada de San Simón, fruto del abrazo entre el Verdugo y la ría de Vigo, nació una villa de piedra y agua, Soutomaior. Su historia, su naturaleza y su gastronomía son un privilegio para los sentidos y tienen su máxima expresión en la ostra de Arcade, de quien Álvaro Cunqueiro dijo que es "un manjar esencial para abrir una buena mariscada. Un sabor espiritual".

La ostra. La celebración que exalta este producto del mar se festeja este fin de semana en el Peirao de Arcade. Es la mayor festividad gastronómica del municipio y una ocasión perfecta para degustarlas en cualquiera de sus tradicionales preparaciones. Durante los dos días habrá actuaciones folclóricas por el centro urbano y en el propio recinto, pasacalles de las bandas de música y el clásico pregón. Tampoco faltará la clásica verbena del sábado por la noche ni la tradicional tirada de fuegos artificiales, un espectáculo que año tras año reúne a miles de admiradores en la playa del Peirao.

El castillo. En lo alto del valle del río Verdugo descansa uno de los grandes tesoros del patrimonio histórico gallego, el Castillo de Soutomaior. Residencia de Pedro Álvarez de Sotomayor, conocido como Pedro Madruga, y escenario de algunos de los acontecimientos de mayor relevancia en la historia de Galicia, está rodeado de impresionantes jardines, reconocidos con el galardón de excelencia internacional.

El camino. De todos los itinerarios jacobeos, este es uno de los que menos desniveles presenta. Una gran ventaja que, sumada a las espectaculares vistas que ofrece de las rías gallegas, convierte a esta variante en una de las más utilizadas cada año por los peregrinos. La etapa que recorre Arcade es el mejor ejemplo de estas virtudes, con un recorrido tranquilo por el centro de la villa y una vista única de la unión del río Vergudo con la ría de Vigo. Para muchos, es esta la etapa más bella del Camino Portugués, una etapa en la que tras atravesar las calles Barroncas y Coutadas el peregrino abandona la zona a través del puente medieval de Pontesampaio, lugar de referencia de una de las principales batallas durante la ocupación francesa de 1809.