Votantes 'en equipo' y algún retraso en mesa

Con una participación muy similar a la de 2012, las autonómicas en las que el PP revalidó su mayoría, y lejos del 64,4% de 2009, los comicios en los que los 'populares' volvían a San Caetano tras el bipartito, la jornada de ayer transcurrió sin grandes sobresaltos en la comunidad gallega, con percances por retrasos y falta de material.

En Verín, por ejemplo, el PSdeG denunció que hubo votos antes de las 9.00 horas, de la apertura de las mesas electorales. También en Melide la presidenta de una mesa electoral se opuso a que una persona votase por aparecer mal en el censo. Finalmente votó, al comprobar que el censo es el mismo desde 1996 y ejerció su derecho en los últimos 20 años. En Cambados hubo un percance: un votante depositó dos sobres en una urna. La presidenta paralizó las votaciones y, tras consultar con la Junta Electoral, siguió adelante. La persona aseguró que no se había dado cuenta. Se detectaron errores, por ejemplo, en el buzoneo de En Marea, y el partido pidió a los votantes que revisaran los sobres. Un vecino de Redondela confundió el sobre del voto con el regalo de un bautizo y depositó 200 euros en la urna.

Familias que acudieron a votar unidas, grupos de amigos y amigas que se escondían tras las cortinas para elegir papeleta, en secreto, religiosas que siempre llaman la atención de las cámaras o rostros famosos, del mundo de la cultura, además de los propios políticos, claro, se acercaron a las urnas en la jornada de ayer, el 25-S. También trabajó con rapidez el personal de Correos que acercaba los paquetes de votos a las mesas. En total, hubo actividad en más de 2.400 colegios y casi 4.000 mesas electorales.

Han sido las décimas elecciones autonómicas en la comunidad gallega desde el 20 de octubre de 1981, cuando se celebraron las primeras autonómicas. ¿Cuántas papeletas se distribuyeron? Casi 35 millones en toda la comunidad. También hubo alguna pequeña incidencia a última hora: por lo menos dos mesas cerraron más tarde de lo estipulado, retrasándose tres cuartos de hora. Cerradas las urnas, más de 2.700 representantes de la administración trabajaron en el escrutinio y estrenaron tabletas para transmitir datos desde los colegios electorales hasta el centro de procesamiento de la información.