Un corte afilado con el pasado laboral

Exempleadas de la conserva y hostelería se reinventan en una ocupación sin paro con un curso de reinserción que imparte Javier Vaqueiro, de la Selección Española de Carniceros

Curso de carniceros, reinserción laboral sobre todo para mujeres de mediana edad.

Curso de carniceros, reinserción laboral sobre todo para mujeres de mediana edad. / Gustavo Santos

La Mancomunidad de O Salnés lleva 12 años desarrollando un programa integral de empleo que conjuga una treintena de acciones formativas para abordar las carencias que detecta en el mercado laboral. Es una iniciativa consolidada ya, pero no es la única de esta entidad, que al mismo tiempo pilota el proyecto Núcleos Rurales Sostenibles de O Salnés: espacios abiertos a la innovación. El programa, que ayuda a la gente del rural a buscar un empleo en su zona, sin tener que desplazarse a una ciudad para encontrar esa oportunidad, tiene como objetivo frenar la despoblación. Dentro del mismo se han llevado a cabo distintos cursos ya, abordando campos tan tradicionales y faltos de profesionales como la carpintería o la viticultura, y el último ha sido uno dedicado a la carnicería. Un curso pionero en el que sus asistentes, la mayoría mujeres de edad media que hasta ahora habían compaginado buena parte de su vida entre la estacionalidad de la industria conservera y la hostelería, se han implicado al máximo.

Son mujeres como Gloria, Elvira, Isabel, Virginia, Imane, Vanesa y Elisabeth, a quienes también han acompañado José y Manuel como los dos únicos alumnos de este reducido grupo. Son privilegiados en parte, puesto que las sesiones, en su conjunto 40 horas de clases, han sido impartidas por el maestro carnicero Javier Vaqueiro, de la Selección Española de Carniceros y que en 2025 disputará el Campeonato Mundial de Carniceros de París.

Curso de carniceros, reinserción laboral sobre todo para mujeres de mediana edad.

Curso de carniceros, reinserción laboral sobre todo para mujeres de mediana edad. / Gustavo Santos

En el caso de Elisabeth, lo que le convenció a la hora de apuntarse fue la “estabilidad” que aporta este oficio, donde la necesidad de personal cualificado está a la orden del día. Lleva desde 2006 encadenando contratos temporales en diferentes empresas vinculadas al sector de la alimentación y en estos momentos se encuentra en paro, además de tener que cuidar a su hija, por lo que encontrar un trabajo seguro es su principal prioridad.

“Fui a probar como sería, porque nunca antes había hecho nada relacionado con esto, y me sorprendió. Al principio dudaba sobre si me gustaría por el hecho de estar rodeada de animales o de sangre, pero todo viene despiezado y limpio. No tiene nada que ver”, admite.

Esa ruptura de estereotipos es una de las tareas pendientes del oficio del carnicero, a ojos de Vaqueiro, que afirma que una de las claves para desestigmatizarlo es trabajar para que haya “referentes” que profesionalicen una actividad que a menudo se asocia erróneamente con la propia de un matadero. Referentes como él lo es y trata de instruir, y como tantos que hay, por ejemplo, en el mundo de la cocina.

“Lo que está claro es que hay una demanda brutal de carniceros. No hay un carnicero en paro, se lo rifan”, añade el especialista, que decidió sacarse la certificación de formador para combatir la falta de relevo generacional en su gremio.

Begoña Verissimo, responsable del plan integrado de empleo de la Mancomunidad de O Salnés, señala por su parte que la acogida ha sido tan buena que se plantean incorporar el curso al programa habitual. “Hay muchísima gente con interés, de hecho Vaqueiro nos comentaba que las alumnas y los alumnos no querían ni ir al descanso, que querían aprovechar todo el tiempo que duraba la formación”, agrega. El curso, que concluyó ayer, es acompañado por las actuaciones que está llevando a cabo el departamento de prospección de la entidad a fin de facilitar la reinserción laboral de las personas que lo han superado. En este sentido, se han enviado los perfiles a diferentes cadenas de distribución –entre ellas Vegalsa-Eroski, Carrefour y Froiz– y ya hay profesionales que se han incorporado a sus plantillas.

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