Wärtsilä testa en Porriño los ejes para los buques del futuro

Sin hacer mucho ruido, la planta de O Porriño del gigante finlandés Wärtsilä se ha convertido en toda una referencia para el grupo. La factoría, que emplea a 164 personas y factura 40 millones de euros, lidera la división centrada en las líneas de eje para buques y su apuesta continua por la innovación la ha llevado a dar el salto a otras industrias más allá del naval, como la nuclear. De hecho, desde aquí se pilotará el desembarco con nuevas plantas en EE UU y Japón. Y para seguir en la buena senda, la instalación cuenta con una nueva infraestructura “única en el mundo”: un banco de pruebas para los ejes que emplearán los barcos del futuro.

En la planta porriñesa, un espacio de 170 metros cuadrados está reservado para este sistema que simula todo el trabajo de las distintas partes de los ejes, unidad de negocio en la que está especializada la planta, la SLS (siglas para Shaft Line Solutions).

Según explica el responsable de la Oficina Técnica de Wärtsilä Porriño, José Antonio Vázquez, la inversión requerida para construir el banco de pruebas superó los 700.000 euros, con apoyos de los fondos CDTI. “Es el único de este tipo que existe en el mundo, con estas dimensiones y estas capacidades”, indica.

Este ingeniero técnico formado en la Universidad de Vigo comenta que la instalación, presentada por primera vez el mes pasado, genera “mucho interés a nivel interno” para poder desarrollar nuevos productos y poder “testarlos antes de salir al mercado”.

La instalación es una prueba más de la apuesta de Wärtsilä por el I+D, ya que solo el año pasado destinó un 15% de su facturación a esta labor. De hecho, el banco de pruebas se dio a conocer en un acto en el que FARO participó junto a medios especializados de todo el mundo. Allí estaba también el director general de Cartera de Futuros e Inteligencia de Mercado de la multinacional, Thomas Pauly, que lo tiene claro: “Esto cambiará las reglas del juego”.

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