Las gasolineras automáticas de Galicia frenan su bum: solo cuatro nuevas en 2023

La comunidad, tercera de la península en la que menos crecieron, no arranca por la “burocracia” | Hay 101, el 19% reconvertidas

Dos conductores llenan los depósitos de sus vehículos en una gasolinera de Vigo.

Dos conductores llenan los depósitos de sus vehículos en una gasolinera de Vigo. / JOSÉ LORES

La alfombra roja desplegada en Galicia ante el bum de gasolineras automáticas que se originó a lo largo del Corredor del Mediterráneo resultó no ser la mejor herramienta para catalizar su expansión en la comunidad. Más bien al contrario, muchas resbalaron por el camino. La creación de una ventanilla única encargada de atender –y en principio simplificar– las solicitudes de las estaciones de servicio sin personal derivó en una cascada de “importantes esperas” durante la segunda mitad de la pasada década, expone el presidente de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae), Manuel Jiménez, y esa “burocratización” fue uno de los “principales motivos” por los que la penetración de este tipo de negocios es tan residual en el territorio gallego.

Son 101 las gasolineras desatendidas, que carecen de trabajadores, las que hay en la autonomía. Un conjunto de establecimientos que se comenzaron a poner de moda entre 2014 y 2015 al ofrecer precios más competitivos que su competencia tradicional. Su proliferación se dio fundamentalmente entre Valencia y Cataluña, dado el enorme flujo de camiones y el significativo ahorro que suponía para sus conductores repostar en estas instalaciones. Totalmente lo contrario a la situación que se ha dado en el noroeste español.

El menor tránsito de transportistas, las mayores trabas administrativas y la falta de planificación de suelo industrial son, a ojos de Jiménez, los tres principales problemas por los que las gasolineras automáticas todavía no han acabado de arrancar en Galicia, que solo acapara el 4,6% del conjunto nacional y donde únicamente abrieron cuatro nuevas en el último año. La comunidad, tercera de la península en la que menos crecieron estas EE SS, se apuntó un aumento interanual del 4,2%. Una subida ínfima si se compara al 12% estatal.

“Son necesarias menos barreras, al fin y al cabo el hecho de que estos negocios ganen presencia solo va a redundar en beneficio del consumidor”, dice el presidente de Aesae, que señala que la rebaja en precio frente a las gasolineras convencionales va desde los 12 céntimos por litro de ahorro hasta casos en los que puede llegar a los 30. Además, explica, el hecho de que estas instalaciones se hayan arraigado en ciertos puntos del país ha provocado un “efecto rama” en aquellos perímetros donde se han asentado, impactando en las tarifas ofrecidas por sus adversarios más próximos al no quedarles más remedio que reducirlas para no perder cuota de mercado en exceso.

Menor rentabilidad en el rural

A nivel Galicia, las gasolineras automáticas pasaron de 97 a 101 en 2023, sin constatar incrementos en las provincias del interior. Ourense (la que menos alberga, solamente nueve) y Lugo (le sigue con 22) mantuvieron las mismas cifras, y las ligeras subidas que se registraron en las provincias de A Coruña (44 en total) y Pontevedra (26) fueron del 7,3% y 4%.

La gran mayoría de las estaciones de servicio que operan sin precisar personal son nuevas instalaciones; muchas de ellas, como cuenta Jiménez, establecimientos que llegaron a tardar meses o años en llegar a funcionar tras haberse construido por la “burocratización” de la Administración gallega y locales. No obstante, el 18,8% son gasolineras tradicionales que se “reconvirtieron” a desatendidas (19). Conforme indica el presidente de Aesae, estos negocios lo hicieron por la escasa rentabilidad que obtenían debido a los bajos volúmenes que surtían. Sobre todo las EE SS de la periferia y enclaves del rural cada vez más despoblados.

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