Las emisiones de CO2 de la gran industria de Galicia se hunden a mínimos históricos

El fin del carbón, el parón de Alcoa y la caída de la cogeneración reducen un 23,5% los gases contaminantes en 2023

La refinería de Repsol es la instalación con más impacto

La fábrica de Alcoa.

La fábrica de Alcoa. / EP

Julio Pérez

Julio Pérez

El carbón como principal fuente de energía en Galicia es ya historia en la teoría y en la práctica. Tras quemar las últimas existencias de hulla importada que le quedaban, Endesa apagó para siempre la caldera de la central de As Pontes el 4 de octubre del pasado 2023 y en los balances de Red Eléctrica con la producción en la comunidad en febrero y marzo ya ni aparece. En el trono se sientan ahora las renovables, con un reinado muy fructífero en lo que va de 2024. La generación del primer trimestre supera los 7.900 gigavatios hora (GWh) y casi el 90% procede de tecnologías limpias, sobre todo la hidráulica (4.182 GWh) y la eólica (2.728). Además de la contundente bajada del recibo de la luz, la descarbonización del sistema eléctrico gallego está provocando una caída en picado de los gases contaminantes entre las grandes industrias. Sus emisiones alcanzaron las 4,6 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono (CO2), el mínimo desde que en 2005 empezó el control del impacto del sector con la entrada en vigor del Régimen Europeo de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE).

En esta nueva fase del RCDE que va hasta 2025 hay 40 instalaciones industriales de Galicia sujetas a limitaciones en sus emisiones. Entre ellas concentran alrededor del 30% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero en la comunidad –en 2021, los últimos datos publicados hasta ahora, rondaron las 9,3 millones de toneladas– después de un recorte del 23,5% a lo largo del pasado año, según los datos que el Ministerio para la Transición Ecológica acaba de enviar a la Comisión Europea y que ha recopilado el Observatorio Galego da Acción Climática (OGACLI). “Las razones de la fuerte disminución de las emisiones industriales en 2023 apuntan más a factores coyunturales que a avances en la descarbonización resultado de cambios estructurales”, señala la entidad.

¿Cuáles son esas razones? El rebote de la producción hidroeléctrica tras el fin de la sequía, el parón de Alcoa, el retroceso en la producción de ferroaleaciones y la bajada de la cogeneración de fuel de las madereras Finsa e Intasa y de la conservera Jealsa. De hecho, las emisiones de CO2 de las centrales térmicas descendieron el 22,1% (2,2 millones de toneladas); un 42% las del sector combustión-cogeneración (405.000); un 35% las vinculadas a la producción del aluminio (398.000); y casi el 40% en el acero y las ferroaleaciones (167.500).

“El cierre definitivo de la central de carbón de As Pontes fue el único progreso destacado en la transición energética en Galicia durante 2023, dado el pequeño aumento de la potencia renovable y la ausencia de planes para la reducción progresiva de la producción de derivados de petróleo en la refinería de A Coruña o para la sustitución de las centrales de cogeneración fósiles”, subraya OGACLI. La factoría de Repsol, de hecho, lidera las emisiones de gases de efecto invernadero en la comunidad ahora: 918.800 toneladas. Le siguieron el ciclo combinado de As Pontes (893.700), la térmica de Endesa en la misma localidad (731.400) y la planta de gas de Naturgy en Sabón (599.000).

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