La industria “beauty” se pone de moda en Galicia

Más de 20 firmas del mundo de la belleza fundan la Asociación Cosmética Galega

Aprovecharán el potencial de los recursos naturales de la comunidad y ayudarán a combatir la despoblación

Representantes de las firmas fundadoras de la Asociación Cosmética Galega.

Representantes de las firmas fundadoras de la Asociación Cosmética Galega. / FdV

Según un estudio realizado por Cosmetics Europe, la patronal europea de la industria cosmética, cada persona utiliza al día siete productos de belleza e higiene diferentes. Desde el gel y el champú que emplea cuando se ducha hasta el dentífrico que usa tras las comidas, pasando por la espuma de afeitar, la crema hidratante o el protector solar. Y por supuesto, la infinita gama de perfumes y maquillaje a disposición del público: rímel, pintalabios, sombras… Ya sea para hombres o mujeres, lo cierto es que el sector beauty acompaña a la sociedad en su día a día, y en el caso de Galicia “hay un potencial enorme” para crear huella industrial y consolidar la actual. Por este motivo han aunado sus esfuerzos 22 compañías asentadas en la comunidad, que acaban de dar vida a la Asociación Cosmética Galega con la mirada puesta en aprovechar los recursos naturales más próximos para combatir la despoblación que asola al rural.

Desde la entidad, que toma la moda gallega como referencia para impulsar a su gremio a la cima mundial, dejan claro que “Galicia tiene lo suficiente para ser realmente uno de los mejores lugares para la producción cosmética”. Así lo destaca su presidenta, Ariana Fernández, remarcando las tres bazas que juegan a su favor. Por un lado, el vasto valor agroforestal y marítimo de la autonomía a la hora de formular “principios activos de incuestionable alta calidad”. Pero también el conocimiento, de la mano de la USC, la UVigo y la UDC con sus respectivos departamentos de Química e ingenierías, así como un tejido económico-empresarial que cree que puede, “desde que vio desde una esquina del noroeste cómo Inditex ha conseguido llegar a ser líder en el mundo en el textil”.

“Los éxitos de otros gallegos hacen que queramos seguir la senda y que creamos que podemos hacerlo”, señala Fernández, farmacéutica e impulsora del proyecto Ip10. Es una de las 22 firmas fundadoras –junto a Chorima, Piel Natura, Blue Silk, Nüür, Naturavia, Amalgama, Nela Biosense, Siolaz, Orixe Cosmetics, Muuhlloa, Rizzola, Segolab Saúde, Alloa, Maruxiña, Pazo Gil Casares, Anainas, De Lú, Acemelia, Esencia Viva, Ozoaqua y Luxor Essentia–, aunque intentarán integrar a más. La Asociación Cosmética Galega, cuya sede estará en Monterroso (Lugo), cifra en 45 marcas dedicadas a la producción de cosméticos las que actualmente operan en la comunidad. Si bien poseen una cifra media de negocio pequeña a nivel individual, en su conjunto ronda ya los tres millones de euros.

Hoja de vid, algas o setas

Más allá de los números, la clave del crecimiento del sector beauty en Galicia será su enfoque; basado en el aprovechamiento de muchos de los recursos naturales que en su inmensa mayoría se desperdician, y haciéndolo en entornos del rural para combatir su despoblación. Una de las provincias gallegas que más empresas aporta a esta nueva asociación es Ourense, donde esta problemática es evidente como consecuencia del mayor envejecimiento. El hecho de que se establezcan en esta clase de concellos supone “una salida económica para sus poblaciones”.

“Uno de nuestros objetivos es hablar con la zona del Ribeiro y que toda la hoja de la vid roja, que se está tirando, se convierta en un principio activo. Yo ahora para formular, por ejemplo, lo tengo que comprar”, explica Ariana Fernández. “Hay mucho por desarrollar, por recaptar. La pepita de uva, que también se está desechando, se puede convertir en aceite. Y los hongos, las setas que aquí se dan por nuestras características de humedad, son fundamentales para el sistema inmunológico”, agrega. 

“Nosotros podríamos ser exportadores de principios activos”, sentencia la presidenta de la Asociación Cosmética Galega, haciendo referencia a otros productos como las algas gallegas: “Pero en vez de mandar la riqueza afuera y no transformarla, que es donde está el valor añadido, lo que queremos es crear un ecosistema de cosmética potente y fuerte para que la fabricación se quede aquí”.

Ariana Fernández, presidenta de la Asociación de Cosmética Galega

Ariana Fernández. / Cedida


Ariana Fernández
Presidenta de la Asociación de Cosmética Galega

“Lucharemos por el uso cosmético de los productos agroalimentarios”

A Ariana Fernández la llamada de FARO la coge con una mano en el teléfono y la otra formulando. Nada menos que un agua micelar. La presidenta de la Asociación Cosmética Galega ensalza La Toja como ejemplo a seguir para su sector, “la gran marca que conquistó el mundo”, y destaca que una de las prioridades de la entidad, recién constituida, pasa por reducir la burocracia que existe desde la fabricación de un cosmético hasta su venta. Todo ello bajo el amparo de un amplio abanico de distinciones como “Galicia Calidade”

–¿A cuántas personas emplea la cosmética gallega en estos momentos? 

–Más o menos unas 200 personas, solo a nivel industrial en Galicia. Pero a fin de cuentas compramos envases, necesitamos servicios de logística, distribución… Son 200 directos y muchísimos más indirectos.

–¿Cómo llevan el tema de encontrar talento? ¿Cuesta?

–Al contrario, sobra talento. Lo estamos exportando porque no lo podemos retener. De hecho, la asociación se crea para intentar que se quede y como base para crear ese talento. No hay una entidad que impulse formaciones prácticas; en la que pueda haber, por ejemplo, bolsas de trabajo. No existen porque no estábamos unidos.

–Uno de los objetivos de la Asociación Cosmética Galega es desarrollar proyectos conjuntos entre socios, ¿por dónde empezarán?

–Nos vamos a reunir el próximo 3 de abril en una de las fábricas que hay aquí propias. Una herencia de la antigua La Toja, que es un storytelling que queremos recuperar porque tuvimos una gran marca que conquistó el mundo. Vamos a reunirnos para decidir qué aporta cada uno de los socios en la cadena de valor, cuáles son nuestras diferencias y cuáles son nuestros puntos en común, y entre todos juntos vamos a determinar cómo nos posicionaremos bajo el paraguas de la asociación para ir con una propuesta común a lugares como la gran distribución. Como hizo en su día también la moda gallega. 

–¿Qué acciones plantean para poner en valor los cosméticos made in Galicia

–Estamos trabajando para incorporar en los productos sellos con la denominación de origen –hecho en Galicia, natural hecho en Galicia y vegano hecho en Galicia–. También vamos a hablar con la Agencia Española del Medicamento, ya que su normativa es por la que nos regimos en España a nivel cosmético, y queremos la distinción "Galicia Calidade" y un sello de trazabilidad para darle garantías al cliente.

–¿Cuál es su principal reto ahora mismo?  

–Uno de los inconvenientes frente a la moda que tiene la cosmética, por eso no ha crecido tanto, es todo el papeleo legal que implica fabricar una crema. Eso ha sido un poco lo que ha paralizado muchas ideas. Estamos luchando por la certificación para uso cosmético de los productos que ahora mismo solo están categorizados como agroalimentarios. Es decir, tú puedes utilizar un aceite de oliva buenísimo, o un aceite de almendras o un aceite de pepita de uva para uso alimentario, pero no lo puedes utilizar para uso cosmético a nivel industrial. Nos falta que la Xunta nos autorice o nos ponga las pruebas pertinentes para darlo de alta, por eso muchos de los proyectos no progresan.

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