La tasa de temporalidad dentro del sector público de Galicia ya casi triplica al privado

El 32% del personal en las administraciones es eventual, más de 63.000 trabajadores en 2023

Entre las empresas cae al 12,3%, la mitad que antes de la reforma laboral

Oposiciones en Silleda.

Oposiciones en Silleda. / FDV

Julio Pérez

Julio Pérez

Un bombero de la Comunidad de Madrid destinado a labores de extinción de incendios desde octubre de 1994 sin la posibilidad de afianzar su plaza porque en todo ese tiempo no se convocaron procesos selectivos. Una trabajadora social de la Agencia Madrileña de Atención Social que encadenó una larga ristra de puestos eventuales desde diciembre de 1998, con una interrupción de contratos entre 1999 y 2010. Un encargado de producción de vídeo de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en circunstancias muy parecidas a los otros desde febrero de 1994. Los tres casos protagonizan el enésimo tirón de orejas de la justicia europea por el problemón en España con la vertiginosa inestabilidad de las plantillas del sector público.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid llevó su situación ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) en una cuestión prejudicial para recabar su visión de la eficacia de las medidas destinadas a evitar el abuso de la temporalidad en el sector público. En su sentencia de la pasada semana, el TJUE concluye que la legislación española es insuficiente para frenar los excesos de la eventualidad, que un indefinido no fijo –la condición que muchos denunciantes están recibiendo por resolución de judicial– “debe considerarse un trabajador con contrato de duración determinada” igualmente y que los 20 días por año con límite de una anualidad previstos en la indemnización por cese no es una medida “lo suficientemente efectiva y disuasoria para evitar el abuso en la contratación temporal”.

La cosa viene de lejos. Van años ya de sucesivas advertencias desde el TJUE. A pesar de las convocatorias masivas de oposiciones y procesos de regulación de interinos, la tasa de temporalidad en el sector público español no para de subir. En Galicia alcanzó el 32% por primera vez el pasado ejercicio. De los alrededor de 197.000 empleados que las administraciones en la comunidad tuvieron a lo largo de 2023, prácticamente uno de cada tres, 63.300, era eventual, como recoge el módulo anual de la Encuesta de Población Activa (EPA) que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es casi el triple que la tasa de temporalidad que tiene ahora mismo el sector privado en la autonomía tras el fortísimo empujón de la contratación fija con la entrada en vigor a principios de 2022 de la reforma laboral pactada por el Ministerio de Trabajo y todos los agentes sociales.

El porcentaje de efectivos eventuales en las administraciones en Galicia solo pisó el freno entre 2010 y 2013, cuando el Gobierno central impuso la tijera al sector público bajo los principios europeos del llamado “austericido” para compensar el encarecimiento disparado de la financiación por la crisis de la prima de riesgo. Superada la recesión, las plantillas públicas recuperaron parte del oxígeno perdido a base de eventualidad. La tasa no paró de incrementarse desde 2014 en Galicia. En 2022 llegó al 29,7% y en 2023 alcanzó el 32% tras un ascenso de 5.600 efectivos temporales y un recorte de 2.300 entre los contratos estables.

Sanidad y educación son dos de las áreas más intensivas en empleo y son también las más feminizadas. De ahí que la tasa de temporalidad entre las trabajadoras públicas en Galicia sea once puntos superior (36,7%) a la de los hombres (25,5%).

En el conjunto del país se situó en el 30,4%. Destacan los datos de País Vasco (47,2%), Asturias (41,9%), Extremadura (39,5%) y Canarias (37,3%). Las comunidades con tasas inferiores a la media son Madrid (22,4%), Cataluña (25,3%) y Andalucía (26,8%).

tasa temporalidad W

tasa temporalidad W / Hugo Barreiro

La ocupación en el sector privado siguió una tendencia muy parecida, con tasas de temporalidad de más del 36% en los años del bum del ladrillo y una caída en picado por la recesión financiera global hasta alrededor del 24%. Entre 2014 y 2015, cuando el mercado laboral gallego dejó de destruir empleo, la tasa de eventuales pasó del 24,9% al 27,1%. Y seguía al alza. Hasta que la entrada en vigor de la reforma laboral a principios de 2022 propulsó la contratación indefinida y el volumen de eventuales cayó ese año al 16,5%. En 2023 bajó otro escalón para situarse en el 12,3%.

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