La automoción gallega, incapaz de captar nuevos fabricantes de componentes desde 2012

Galicia lleva más de una década sin captar nuevos fabricantes de componentes. Pese al momento de ebullición que vive el sector, la última gran firma del sector que desembarcó en la comunidad fue Snop, que se instaló en Porto do Molle (Nigrán) con una factoría de estampación que ya fue ampliada en dos ocasiones. Desde entonces, todas las empresas que han engordado el clúster desde entonces son ingenierías y spin-off de compañías ya presentes, que han seguido invirtiendo en las plantas localizadas en la región.

Con la decisión de Citic Dicastal de apostar por Portugal y a la espera de saber si finalmente Sentury Tire se instala en As Pontes, la última captación relacionada con el motor vigués fue la de la compañía francesa Dangel, firma asentada en una nave en el polígono de Zona Franca que se dedica a reconvertir en 4x4 las furgonetas de Stellantis Vigo. La empresa llegó en 2020, cuando ya habían pasado ocho años desde la llegada de Snop. Y antes de esta, el gran desembarco de compañías de la automoción en el área olívica se produjo entre 2005 y 2006, con firmas como Denso, Antolín (hoy Lear) o Benteler que llegaron para proveer a la entonces PSA Vigo.

Portugal arrebata a Galicia una planta de 180 millones y 600 puestos de trabajo

En un momento en el que el sector está inmerso en un proceso de electrificación, Galicia carece de un proyecto tractor como el que podría articular una gigafactoría de baterías, más allá de la plataforma industrial a la que aspira Stellantis Vigo. De hecho, el grupo apostó por Zaragoza para su primera unidad de este tipo en el país, con lo que Aragón se equiparará a Comunidad Valenciana (Volkswagen), Extremadura (Envision) o, próximamente, Castilla y León (Inobat).

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