CaixaBank aportó 1.850 millones de beneficio al Estado en 2022

La subida en bolsa del banco genera unas ganancias que no tendrán impacto en déficit y deuda pública pero elevan las ayudas recuperables

pablo allendesalazar

La absorción de Bankia por parte de CaixaBank comienza a dar buenas noticias al Estado. La gran apuesta del Gobierno para tratar de aumentar el porcentaje de ayudas que se podrá recuperar de los 24.069 millones de euros inyectados en el grupo nacionalizado por los ejecutivos de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy aportó unos 1.850 millones de beneficio al sector público a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en 2022, tras provocarle unas pérdidas de 3.556 millones en 2020 y de 1.483 millones en 2021, según ha podido confirmar este diario.

Se trata, eso sí, de unos beneficios contables, que no disminuyen la cifra del rescate estatal a la banca ni reducen el déficit y la deuda públicas. La mayoría de estos impactos, así, se reflejaron en las cuentas del Estado cuando este desembolsó los fondos necesarios para salvar a las entidades quebradas en 2012. La normativa contable, con todo, obliga a ir plasmando cada año en las cuentas del FROB el importe considerado “recuperable” de la inversión pública en el banco. Dicho importe, que no paró de bajar en los años previos a la fusión, se redujo aún más y de forma notable por dicha operación, al pasar el Estado de tener una posición mayoritaria y de control en Bankia (61,83% de capital) a ser el segundo accionista y minoritario en CaixaBank (17,3%). Pero ahora está aumentando gracias a la buena evolución bursátil del banco catalán.

Valor de mercado

Al ser el propietario de control tanto de BFA (matriz de Bankia) como de la filial (la propia Bankia), el FROB no contabilizaba su participación en ambas según su hipotético valor de mercado, sino en función del patrimonio neto de todo el grupo menos los intereses minoritarios (básicamente, la parte del patrimonio neto de Bankia que correspondía al resto de sus accionistas que no eran el Estado). En 2020, la inminente fusión del banco con CaixaBank obligó al grupo BFA a reclasificar su participación en Bankia como disponible para la venta y a recalcular a la baja el valor de los activos que iba a traspasar. Ello provocó que el patrimonio neto del grupo bajase de 9.530 a 5.974 millones de euros, de lo que se derivaron las citadas pérdidas para el FROB de 3.556 millones.

En las cuentas de 2021, se reflejó un nuevo deterioro de ese “valor recuperable”. Al haber dejado BFA de formar un grupo con la desaparecida Bankia, el FROB tuvo que empezar a valorar su participación según el patrimonio neto individual de BFA (corregido, de haberlas habido, por las plusvalías latentes de más fácil ejecución). El patrimonio neto de BFA, así, subió ese año de los 4.029 millones de 2020 a 4.491 millones gracias al 14% de revalorización bursátil de su participación en Bankia y, tras la fusión, CaixaBank. Pero pese a ese incremento, el FROB sufrió las citadas pérdidas de 1.483 millones en sus cuentas de 2021. Los 4.491 millones eran inferiores a los 5.974 millones en que estaba valorada la participación al cierre de 2020 debido al citado cambio del criterio de contabilización provocado por la fusión y porque no había plusvalías latentes que lo subsanasen parcialmente.

La situación fue opuesta en 2022. CaixaBank subió en bolsa un 52% en el ejercicio, con lo que el patrimonio neto individual de BFA repuntó hasta rondar los 4.960 millones. Sumado a los en torno a 1.380 millones en plusvalías tácitas sobre el banco catalán no reflejadas en el patrimonio neto de BFA, implica un “valor recuperable” de unos 6.340 millones, lo que respecto a los 4.491 millones del año pasado supusieron un beneficio para el FROB de 1.850 millones.