La sensibilidad del Ministerio de Industria para con la automoción española, y singularmente en el caso de Stellantis, dista mucho de la que exhibe la cartera de Transición Ecológica. Es el equipo de Reyes Maroto, no el de Teresa Ribera, el que ha tratado de reconducir las relaciones entre el Gobierno y la multinacional que preside Carlos Tavares, abiertamente crítico contra las políticas de Pedro Sánchez, y que ha puesto en marcha un equipo de trabajo para abordar todas las demandas formuladas desde las factorías de Vigo, Figueruelas y Villaverde. Hoy mismo y en Vigo, la ministra Maroto confirmó que Stellantis recibirá 15 millones del primer Perte y anunció una segunda línea Perte para el primer semestre de 2023, donde podría entrar la plataforma industrial de Stellantis.

El pasado 16 de septiembre, la ministra recibió a la dirección de Stellantis y a representantes de los gobiernos autonómicos de Galicia, Aragón y Madrid, para analizar los proyectos industriales a los que optan estas plantas, con el compromiso de mantener encuentros periódicos. Ya hay fecha para esa primera cumbre Gobierno-Stellantis: será el 21 de noviembre.

Lo ha avanzado esta mañana en Vigo el vicepresidente y conselleiro de Industria, Francisco Conde, durante la presentación del Perte Naval. Sobre la mesa hay múltiples asuntos a abordar. En el caso de la factoría de Balaídos, el Ejecutivo busca encaje en la normativa comunitaria para dar cabida a las demandas de la empresa, que necesita incorporar una nueva plataforma industrial que ha de garantizar su continuidad en Vigo. Es un proyecto que está al margen del Perte del coche eléctrico y conectado, para el que concurre con la fábrica de Villaverde.

Pero hay más cosas, y que suscitarán roces entre Maroto y Ribera. La segunda acaba de rechazar de forma categórica la instalación de una subestación eléctrica en Balaídos para dotar a Stellantis --así como a toda la red de proveedores-- de un suministro eléctricos de 220 kilovoltios, en vez de los 132 kV actuales, que provocan la pérdida de cientos de vehículos y horas de producción por los microcortes y huecos de tensión. La multinacional también ha puesto sobre la mesa una rebaja en las cuotas que abona a Zona Franca.