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Un cliente sacando dinero de un cajero automático.Alba Villar

La renta de los gallegos mermó solo un 1% en pandemia gracias a las ayudas públicas

La caída fue la mitad que la del conjunto del Estado (2%) y ocho veces menor que la del PIB (8,9%) | Los ingresos disponibles por persona se redujeron de media en 200 euros

Las imágenes de los hosteleros echando el cierre en la madrugada del 13 al 14 de marzo de 2020 y las aglomeraciones de los supermercados con cientos de personas enfundadas en equipos de protección individual caseros sirvieron de tráiler para la distopía a la que se enfrentaba el mundo entero por un enemigo tan diminuto como letal. Tras la declaración del primer estado de alarma con el confinamiento domiciliario, la restricción de desplazamientos a lo mínimo posible y la tutela del Estado sobre los servicios sanitarios de todo el país, el Gobierno sacó un paquete de “medidas urgentes extraordinarias” para mitigar el impacto de la otra crisis, la económica y social. Ahí estaban, entre otras cuestiones, la prioridad del teletrabajo, las moratorias hipotecarias, los créditos del ICO, los apoyos para autónomos y la novedosa reforma de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para evitar un daño irreparable del tejido productivo por el parón obligado de la actividad en la lucha contra el COVID-19. Las comunidades se encargaron de las ayudas directas a los sectores más afectados. Pasaron dos años y medio ya. La ola que arrecia ahora es de incertidumbre por la inflación y el resto de consecuencias de la guerra de Ucrania, aunque la capacidad para afrontar lo que venga no se entendería sin ese escudo a ciudadanos y empresas en la pandemia.

La renta bruta media de los gallegos alcanzó los 25.069 euros en 2020, un 1% menos que el ejercicio anterior, según la Estadística de declarantes del IRPF por municipios publicada ayer por la Agencia Tributaria. Los ingresos del trabajo y el resto de extras por actividades económicas, inversiones financieras o inmuebles se redujeron en 260 euros por persona. Nada que ver con el histórico desplome de casi el 9% del Producto Interior Bruto (PIB) regional, pero no sorprende porque el empleo esquivó esta vez la costumbre en las recesiones de contraerse incluso más que la economía gracias a los ERTE. Solo en Galicia pasaron por la suspensión total o parcial de su contrato 197.000 personas, como recoge otro informe del fisco sobre el mercado de trabajo en el primer año con el coronavirus.

Las mayores caídas

A favor de Galicia jugó la menor dependencia de visitantes extranjeros, el relevante peso de la industria agroalimentaria y el inesperado acelerón de las empresas de automoción cuando se reabrió la actividad. El PIB autonómico retrocedió casi dos puntos menos que el del conjunto del país y también la bajada en la renta bruta de los habitantes fue la mitad que la media estatal, un 2%, hasta los 27.776 euros. Baleares y Canarias, epicentros del turismo, padecieron los descensos más acusados: 7% y 4,6%, respectivamente. Les siguen Melilla, donde la renta bruta adelgazó el 3,4%; Madrid (3,2%); Ceuta (2,6%); La Rioja (2,5%); y Cataluña (2,1%). Únicamente crecieron los ingresos medios de los ciudadanos de Murcia (1,1%). Los menores recortes estuvieron en Castilla-La Mancha (0,04%), Aragón (0,2%) y Cantabria (0,2%).

Una vez descontado el abono de las cotizaciones sociales y el pago del IRPF, la renta media disponible en Galicia bajó también un 1%, en 210 euros, hasta situarse en 20.788 euros. No todas las partidas se comportaron igual. Los ingresos por el trabajo rondaron los 19.200 euros de media tras disminuir el 0,9%; la aportación de los rendimientos del capital mobiliario –intereses de cuentas bancarias, activos financieros o dividendos– mermó el 29%; un 5% el negocio de los arrendamientos de inmuebles; y el 12,7% el de las actividades económicas.

Diferencias por concellos

La radiografía de las rentas muestra un año más el enorme desequilibrio económico entre las urbes y los pequeños concellos. Los de 1.000 a 5.000 habitantes concentran el 14% de la población de la comunidad y, sin embargo, atesoran el 9% de la renta bruta. En los tres ayuntamientos que superan los 100.000 residentes (Vigo, A Coruña y Ourense) vive el 24% del censo regional y entre ellos aglutinan el 31% de la renta.

Hay también una distancia enorme entre los propios concellos. Oleiros repite a la cabeza del ranking de la renta bruta media en Galicia de las localidades de más de 1.000 habitantes con 38.448 euros, mientras que Toques revalida la última posición con 14.417 euros. A Coruña (32.860 euros), Nigrán (32.492), Santiago de Compostela (30.448), Bergondo (29.781), As Pontes (29.345), Teo (28.307), Baiona (28.194), Sada (27.833) y Vigo (27.708) completan el top 10. Al otro lado figuran concellos pequeños del rural: Samos (15.040 euros), Cervantes (15.040), O Paramo (15.407), Vilardevós (15.438), Riós (15.483) o Dozón (15.731).

Los principales cambios se producen, curiosamente, en la parte de arriba. Cambre, probablemente por el cambio de residencia de algún gran patrimonio, redujo su renta bruta media un 36%. En O Pereiro de Aguiar descendió el 17%; y un 12% en Oleiros. En Abadín, en cambio, aumentó un 15%; un 11% en Laza; y el 10,9% en Lobios.

La renta de los gallegos por municipios.

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