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La inflación obliga a los hogares a reducir un 12% la compra de alimentos en Galicia

El gasto cae menos, un 5%, por culpa de los altos precios | El consumo de ternera se desploma un 29% y un 20% el de mariscos y crece el de pasta, arroz y precocinados

Los hogares recuden la cesta de la compra. Néstor Villamayor | Europa Press

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una campaña durante las semanas de confinamiento estricto al inicio de la pandemia para concienciar a los hogares de la importancia de una dieta equilibrada. Ningún producto ni suplemento ayuda a prevenir o curar el coronavirus, como insistentemente recordaban los responsables de la institución, pero todo lo que comemos influye directamente en el sistema inmunitario. En internet se multiplicaron las búsquedas y los comentarios con las dudas acerca de la enfermedad y, a medida que avanzaba el encierro, crecieron las consultas sobre la mejor manera de llenar la despensa. Fueron momentos muy duros, de mucho miedo, y las familias basaron su decisión de compra en razones de salud y “de mejora del estado de ánimo”, según comprobó un grupo de investigadoras del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que, entre el rastreo de las redes y una encuesta online a 362 personas, ratificaron la popularidad en aquel momento de las verduras, la pasta, las nueces, el queso y el chocolate. Los datos oficiales de consumo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación confirmaron después ese comportamiento. El desembolso en comestibles se disparó casi un 22% en Galicia entre marzo y junio de 2020, con picos del 40% en algunos frescos y en los artículos de dulcería vinculados al bienestar.

Otro hito histórico, la invasión de Rusia a Ucrania, y todas las consecuencias del conflicto en el mercado energético, el abastecimiento mundial de materias primas básicas y en la confianza de los inversores cambian de nuevo los hábitos de consumo. Hay razones emocionales por el efecto contagio de la incertidumbre y, sobre todo, contención para contrarrestar la pérdida de poder adquisitivo de los salarios frente a la elevadísima inflación. Las compras de alimentos de los hogares en Galicia alcanzaron las 796.649 toneladas entre enero y junio de este año tras un recorte cercano al 12% en comparación al mismo periodo de 2021, según los datos que acaba de actualizar el departamento dirigido por Luis Planas. Aún así, los precios subieron tanto que el ahorro para el bolsillo de las familias es mucho menor. El gasto cae un 5%.

La última encuesta de coyuntura publicada por el Instituto Galego de Estatística (IGE) revela que el 28% de los hogares de la comunidad, casi 300.000, buscaron ofertas y tiraron de las marcas blancas para aliviar la partida dedicada a la alimentación durante el segundo trimestre, la cifra más alta de los últimos ocho años. Entre enero y marzo, no llegaba ni al 13%. Las enseñas propias de las grandes cadenas de distribución ganan terreno a la espera de un respiro de la inflación y, de hecho, a las puertas del verano representaban el 49,4% de la cesta de la compra, según la consultora Nielsen IQ, que llama la atención del mayor incremento de precios en ellas (13,8%) que en las marcas de fabricante (7,6%).

El consumo per cápita se situó por debajo de los 50 kilogramos prácticamente todos los meses. En junio, el último periodo incorporado al balance, fue de 49,1 kilogramos por persona, un 9% menos hace un año (53,8 kilogramos). El desembolso, en cambio, aumentó alrededor del 1%, hasta los 133,6 euros, coincidiendo con la escalada del Índice de Precios al Consumo (IPC) al 12,6% en los alimentos y las bebidas no alcohólicas.

Casi el 30% de las familias gallegas busca ofertas y marcas blancas

La variación anual de la inflación en la cesta de la compra rozó el 13% en julio y el incremento acumulado en lo que va de 2022 supera ligeramente el 10%. Únicamente se abarató la carne de cordero: 10,6%. Huevos y patatas registran el mayor ascenso de precios, el 25,9% y el 23,5%, respectivamente, seguidos del aceite (21,4%). Los cereales y la leche subieron casi un 15%; un 13,5% los preparados de legumbres y hortalizas; el 12% los productos lácteos; y un 10% el pan y las frutas frescas. Entre las carnes, la de pollo se encareció un 9,8% entre enero y julio en la comunidad y por encima del 9% también la de ternera, mientras que el coste del cerdo aumentó el 3,4%, en línea con el pescado fresco y el congelado (3,9%).

El pasado 2021 sirvió de transición para el sector alimentario entre el gran impacto que tuvo la crisis del COVID-19 en la demanda de los hogares por el confinamiento y las restricciones posteriores a la hostelería y el fin definitivo del estado de alarma. “Sin embargo, esta vuelta a la normalidad ha sido progresiva, y han permanecido determinados hábitos adquiridos durante la pandemia, lo que provoca que las cifras de compra de alimentación y bebidas todavía sean superiores a las previas a la pandemia”, detalla el informe anual del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Ya a mediados del pasado ejercicio se empezó a notar la escalada alcista de los precios. La cesta de la compra acabó 2021 en Galicia con un repunte de precios de casi el 5%. Van 40 años consecutivos de encarecimiento. Desde que empezaron a divulgarse los datos de la inflación en 1978, la alimentación solo se abarató en la comunidad en 2009, cuando el estallido de la doble recesión global mermó los precios un 2%. Su peso en los presupuestos de los hogares gallegos ha ido engordando progresivamente hasta suponer aproximadamente dos de cada diez euros del gasto total.

No parece que este año se vaya a mantener ese fuerte tirón en el consumo. La compra de harinas y zumos se desplomó hasta junio más del 21%; un 19,8% la de mariscos, moluscos y crustáceos; y por encima del 18% tanto las patatas como los huevos, que encabezan el acelerón del IPC este año. La demanda de fruta fresca baja el 17,9% y un 16,1% la carne fresca, con caídas en picado del 29% en ternera y algo menos el cerdo (11%) y el pollo (14%), según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La adquisición de hortalizas frescas en Galicia mermó un 16% durante la primera mitad del año; la cerveza cae un 15%; y más de un 15% el azúcar, el pescado fresco y los frutos secos.

El arroz y la pasta, dos productos refugio siempre en tiempos de crisis, aguantan la embestida con incrementos de consumo del 1,8% y el 1%, respectivamente. Son los grandes supervivientes de la cesta de la compra en tiempos de inflación por las nubes, junto con los platos preparados (2,6%). Bajan las compras, aunque por debajo de la media, en agua mineral (-1,7%), legumbres (-4,1%), queso (-5,4%), leche (-6,5%), bollería y cereales (-6,5%), yogures (-6,6%), vinos (-7,1%) y conservas de pescado (-7,8%).

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