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Ya no hay oficina bancaria en 54 concellos de Galicia y en otros 126 queda solo una

El 40% de los vecinos de los municipios sin ninguna entidad supera los 65 años | El sector cerró 190 sucursales en 2021, casi tantas como después de la fusión de las cajas

Antigua oficina de una entidad financiera en Vigo. // Alba Villar ALBA VILLAR

El enésimo llamamiento del Banco de España al sector para que siga metiendo la tijera a la red de oficinas trae esta vez una importante advertencia. Tras el golpe de realidad del médico jubilado valenciano Carlos San Juan y su campaña “Soy mayor, pero no idiota” contra la exclusión financiera, el organismo pide “atención prioritaria” al colectivo y, en general, a los grupos de población “menos familiarizados” con las nuevas tecnologías. “Considero que la digitalización es una gran transformación que afecta a muchos sectores y el financiero no es ajeno a ello –señala la subgobernadora, Margarita Delgado, en una entrevista incluida en la Memoria de Supervisión de 2021–. En este proceso de adaptación hay costes de transición muy importantes que los bancos deberán tener en cuenta en sus decisiones y analizar cómo afectan a los distintos segmentos de clientes”.

La directora general de Supervisión, Mercedes Olano, insistía durante la presentación del documento en esa misma idea de evitar “bolsas de exclusión”, aunque la alternativa de frenar la reestructuración es inviable: “No podemos hacerlo porque estaríamos matando el negocio bancario”.

Epicentro del ajuste

El ajuste de la capacidad instalada del sistema financiero sacudió con fuerza a Galicia, donde se forzó una de las pocas fusiones intrarregionales entre cajas de ahorros tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. A la enorme redundancia de la red de Caixanova y Caixa Galicia, dos históricas competidoras calle a calle, se unió la absorción del tercer gran operador autonómico, el Banco Pastor, por el Popular. Con ambas operaciones, en 2011 echaron el cierre en la comunidad 221 oficinas. El balance del pasado 2021 no se quedó muy lejos: 190. De media, cada dos días dejó de funcionar una sucursal, según el balance que acaba de divulgar el Banco de España.

La nueva oleada de cierres bajo el argumento de las tensiones en los márgenes de los bancos por el prolongado periodo de bajos tipos de interés y el acelerón del online por la pandemia del coronavirus agravó el vacío financiero en muchos lugares de Galicia. A 31 de diciembre de 2020 había 45 concellos sin presencia del sector. Un año después son 54 ya, como recoge el Instituto Galego de Estatística en su actualización de los datos por municipios que le suministra directamente el Banco de España. El 40% de los 67.000 vecinos de esos pueblos supera los 65 años.

oficinas bancarias Hugo Barreiro

Sin competencia

Los que cuentan con una única oficina pasaron de 118 a 126, que reúnen a 330.000 habitantes. Por su dimensión, las principales ciudades lideran el recorte del último ejercicio –14 sucursales menos en Vigo, 19 en A Coruña, 8 en Santiago, 12 en Ourense, 2 en Lugo y 4 en Ferrol–, pero sobresale también la merma de la red bancaria en otros municipios de tamaño medio. Redondela, por ejemplo, perdió 3 oficinas, las mismas que Ribeira, mientras que Oleiros se quedó sin 4.

El pico de la red bancaria en Galicia se registró en septiembre de 2008, cuando había abiertas 2.539 sucursales. Existió un auténtico bum en todo el país, alimentado de la expansión del ladrillo. Desde entonces, bajaron la persiana un total de 1.498, seis de cada diez. La caída en el conjunto del Estado es ligeramente inferior (58,6%, unas 27.000 oficinas cerradas). Solo hay cuatro comunidades con un mayor repliegue del sector: Cataluña (71,7% de descenso), Comunidad Valenciana (64,65), Madrid (62,9%) y Murcia (60%). Los retrocesos menos profundos están en Navarra (43%), Extremadura (38,4%) y Castilla-La Mancha (37,3%), aunque esta última notó antes que el resto el impacto de la reestructuración por la intervención previa de Caja Castilla-La Mancha.

Efectos en el empleo

Las afiliaciones a la Seguridad Social en servicios financieros en Galicia se desplomaron un 42%, con 6.210 efectivos menos en todo este tiempo. El pasado 2021 cerró con 8.439 altas en este epígrafe. En la categoría de seguros, reaseguros y fondos de pensiones, muy vinculado también a la banca, había 1.662 trabajadores después de una bajada del 27% desde 2008 (611 menos). Únicamente crece la afiliación en firmas auxiliares que prestan apoyo al sector: de 5.309 antes de la doble recesión a 6.416 en la actualidad.

El conselleiro de Facenda en la instalación del primer cajero del convenio con Abanca. // Xunta

Para paliar el problema de la exclusión financiera en los ayuntamientos donde las entidades se retiraron, la Xunta lanzó un proceso de concurrencia competitiva en busca de algún operador dispuesto a instalar cajeros en estos concellos con ayudas públicas. Ganó Abanca. El primero de los dispositivos se activó en Chandrexa de Queixa el 15 de marzo. La Consellería de Facenda recordó que la localidad llevaba 10 años sin servicio financiero, obligando a los vecinos a recorrer más de 30 kilómetros en la ida y vuelta a una oficina.

Progresivamente se está replicando el modelo en los 36 concellos adheridos al convenio firmado entre el Ejecutivo autonómico y la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) para facilitar la colocación. Inicialmente eran 38, pero en dos no se llevará a cabo, según matiza el departamento dirigido por Miguel Corgos, por “desistimiento o otras causas”. Facenda confirma además que las horas de atención presencial que teóricamente iban incluidas en el convenio no llegarán a todos. Había que pedirlas y lo hizo la mitad.

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