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El empleo industrial en Galicia resiste el envite de la energía y las materias primas

Solo la automoción, muy limitada por los “chips”, y el naval, con su propia crisis, sufren recortes notables de plantilla | La hostelería recuperó en un año más de 8.300 puestos

Soldadores en un astillero de la Ría de Vigo. // Marta G. Brea MARTA G. BREA

El Gobierno aprobará mañana el Plan Nacional de Respuesta a la Guerra de Ucrania con el incremento de los costes de producción y el impacto en los hogares de la disparada inflación en el punto de mira. Con el enconamiento del paro indefinido de parte de los transportistas, el Ejecutivo se vio obligado a acelerar las medidas para el colectivo, al que irán unos 1.000 millones de euros en bonificaciones al combustible y ayudas directas por cada vehículo. Falta saber, entre otras medidas, qué respaldos habrá a las familias para llenar el depósito y los efectos en el recibo de la luz de desacoplar los precios del gas tras el reconocimiento de la UE a la “isla energética” que forman España y Portugal.

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ya anunció que se ampliarán los plazos de vencimiento de los créditos ICO y todo apunta a que habrá nuevas líneas de liquidez con aval público y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, apuesta por limitar el veto al despido como en la pandemia. Los ERTE blindaron el tejido productivo entonces y vuelven a ser un colchón para el empleo, convertidos en el llamado Mecanismo RED en la reforma laboral. De hecho, ni la incesante encarecimiento de la energía, ni la cotización por las nubes de muchas materias primas están pasando factura al empleo en la industria gallega.

Más de 136.000 afiliados

El sector cerró el pasado mes de febrero, recién abierta la invasión rusa de Ucrania y con picos históricos en los precios de la energía, ligeramente por encima de los 136.000 afiliados a la Seguridad Social. Ganó unos 1.400 puestos de trabajo en el último año, según el balance publicado por el Instituto Galego de Estatística (IGE). A pesar de los muchos meses que van de atasco por los cuellos de botella en productos fundamentales para los pulmones de la economía regional, la ocupación rebotó un 1%.

Aún así, la evolución del empleo en la industria contrasta con el claro acelerón del resto de sectores: 3% de alza. La clave de la diferencia viene, básicamente, de lo que está pasando en dos actividades en concreto. Son la automoción, tremendamente afectada por la falta de chips en un momento de enorme demanda para la electrónica de consumo, y el naval, que arrastra su particular crisis alrededor de la quiebra de Barreras.

Un 6,6% de caída en el motor

El motor tenía 15.454 trabajadores a último día de febrero. En comparación con el mismo mes del pasado 2021, cuando la escasez en el suministro de semiconductores todavía no quitaba el sueño, la caída llega al 6,6%. Hay 1.095 empleados menos, el mayor recorte de todos los sectores, aunque los dos primeros meses del actual 2022 suavizaron la merma con la creación de alrededor de 500 puestos. La ocupación en el naval bajó un 5,2%, cerca de 300 menos.

La fabricación de productos metálicos es otro claro protagonista del mercado laboral en Galicia, pero por motivos bien diferentes. Sumó 856 trabajadores en el último año, lo que supone un ascenso superior al 2%. También la industria de la alimentación vivía buenos tiempos hasta la convocatoria del paro indefinido de la Plataforma de defensa del sector del transporte de mercancías. Las plantillas aumentaron un 1,8% (555 personas) y un 9% entre los fabricantes de bebidas (254 trabajadores más).

top empleos Hugo Barreiro

Más industrias

El empleo engordó también un 1,6% (139) en la industria de la madera; casi un 8% (280) en la fabricación de muebles; y un 4% (306) en la rama de reparación e instalación de maquinaria y equipamiento. La recuperación en la confección de ropa es tibia todavía (49 trabajadores). En fabricación de productos farmacéuticos la ocupación avanzó un 7,8% (87) y un 7,1% (48) en fabricación de material y equipamiento eléctrico. El segmento de otras industrias manufactureras –que engloba, por ejemplo, la joyería, juguetes o artículos de deporte– incorporó desde febrero de 2021 a más de un centenar de nuevos empleados.

Los negocios que recibieron el peor golpe de la pandemia viajan ahora en la locomotora de la afiliación en Galicia. La hostelería reintegró a más de 8.300 trabajadores, un alza anual del 15,4% en los últimos doce meses. La subida en las actividades deportivas, recreativas y ocio alcanza el 21% (1.924); y un 16% (1.169) se incrementa la ocupación en los servicios de alojamiento. El comercio mantiene la tendencia de crecimiento que muestra desde que el coronavirus se calmó. Los establecimientos minoristas incorporaron 2.210 empleados y los de ventas al por mayor otros 1.088.

Los nuevos nichos

Educación y sanidad, que con los refuerzos para afrontar las peores olas del COVID-19 amortiguaron el impacto laboral y mejoraron incluso el importe del sueldo medio en la comunidad, siguen en los puestos más altos del ranking de altas a la Seguridad Social. Suben un 4,1% (2.292 trabajadores) y un 1,5% (995), respectivamente. Lo mismo ocurre con la programación y la consultoría, impulsadas por la transformación digital (9,2%, unos 1.153 efectivos más que en febrero del pasado ejercicio); y los servicios técnicos de arquitectura e ingeniería (1.015 puestos tras un alza del 7%). Construcción especializada y edificación ganaron juntas 1.600 operarios.

Además del retroceso de la automoción y el naval, en la otra cara de la moneda sigue la sangría laboral del sector primario, que destruyó 1.041 empleos en un año, y en los servicios financieros por la reestructuración sin fin de la banca: 543 trabajadores menos.

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