En el penúltimo eslabón de la cadena de los productos petrolíferos, el galopante ascenso de los precios sienta tan mal como en los conductores y el resto de consumidores de carburantes. Es tan fuerte el encarecimiento, que las estaciones de servicio se ven “incapaces” de trasladar toda la subida que sufren ellos en el aprovisionamiento a los clientes, “por lo que estamos vendiendo sin margen comercial desde el pasado viernes”, según Julio César López, presidente de la Federación Gallega de Estaciones de Servicio (Fegaes). La entidad convocó ayer una cumbre urgente para analizar una situación “dramática”.
Los precios están en máximos históricos y fluctúan tanto en un solo día, que el coste de rellenar un depósito hoy, mañana queda ya desfasado y los ingresos obtenidos por la venta de ese stock no cubren la factura de la siguiente partida de combustible. “Llevo la peor semana de mi vida, he vendido a pérdida. Mi precio de compra hoy es 1,936 euros por litro y vendo a 1,899, unos 40 céntimos por debajo del coste”, asegura Avelino Couselo, vicepresidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Pontevedra. Los márgenes están “al límite”, según el presidente de la patronal de gasolineras de Pontevedra, Benigno Redondo, que insiste en reclamar una bajada del IVA a los hidrocarburos. “Estamos soportando una subida en la compra superior a los 40 céntimos”, recalca el líder de Fegaes.
