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De luces a retretes: Prothero ordenó más de 200 cambios en el “Evrima” tras tomar el control del astillero

La consultora canadiense Allswater constata y cuantifica las modificaciones estéticas y de equipamiento

Fotografía de Faro. | // FARO

Hijos de J. Barreras asumió la construcción del buque 1705 con dos aspiraciones: la de la redención –estaba en blanco desde la entrega del flotel Reforma Pemex, para la petrolera azteca– y la de su entrada en el fértil segmento de los cruceros de lujo. Pero no terminó el barco –sí entregó el Evrima, pero a medio hacer y tras un acuerdo confidencial con la armadora–, y ahora ha quedado al albur de que sus instalaciones encuentren comprador en un proceso de liquidación. Pese al calamitoso final, su construcción empezó bien.

La propiedad del barco, The Ritz-Carlton Yacht Collection (marca comercial de un entramado de sociedades lideradas por el fondo Oaktree), no empezó a inmiscuirse en su desarrollo, con técnicos y asesores, hasta después de la botadura. “Los trabajos de aceros se completaron a tiempo, cumpliendo todos los hitos, y la botadura se produjo con tres semanas de adelanto” sobre el calendario. El entrecomillado es de un informe de la consultora marítima Allswater, que analizó el estado de construcción del Evrima antes de partir hacia Santander. Fue después de esa botadura, ya con el equipo de Douglas Prothero a bordo, cuando todo empezó a torcerse. El canadiense, solo en el periodo marzo-diciembre de 2020, ordenó más de 200 cambios en el proyecto.

La propia Allswater explica los retrasos en la construcción del crucero, por los que Ritz-Carlton se autoadjudicó una compensación de 16,5 millones de euros, a decisiones de la propia Ritz. “Desde entonces [sobre la botadura], los procesos se han ralentizado y el barco se entregará con retraso y sobrecostes, debido a un tardío trabajo de diseño, de soldadura, aire acondicionado y equipamiento”.

A día de hoy, con el buque sin terminar, el coste del Evrima acaricia los 500 millones de euros

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El diseño –de la compañía noruega Tillberg Design– fue modificado una y otra vez, debido a la complejidad intrínseca de tratarse de un prototipo y de los cambios que reclamaban, casi a diario, los hombres de Ritz. Los planos que se repartían un lunes ya no servían al jueves siguiente. El equipo de aire y climatización, por ejemplo, se cambió por orden del propio Prothero cuando Barreras ya había pagado por uno, con su aprobación previa, como consta en la denuncia de su exdirector general Liam Campbell.

El detalle

El informe de Allswater detalla las llamadas change orders (órdenes de cambio) ejecutadas después de la reestructuración del astillero, cuando Ritz-Carlton tomó el control de la compañía. Por tanto, con Prothero al frente, tanto de Barreras como de la armadora. Modificaciones, principalmente estéticas, por más de 8,1 millones de euros. La consultora no concreta el impacto de todos los cambios ordenados desde el inicio de la construcción: “Para entender el impacto total de las órdenes de cambio, éstas deberían consolidarse frente al coste estimado y el coste de construcción del proyecto”. A día de hoy, con el buque sin terminar, el Evrima acaricia los 500 millones de euros.

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Ritz-Carlton, sin prisas para rematar el “Evrima”

Con el número de código 9 de estas change orders figura la retirada de los montaplatos, los ascensores destinados a transportar alimentos entre distintas plantas del barco. El coste, 87.987 euros. La de los nebulizadores de agua fue más económica, de 20.000 euros. Ritz ordenó ampliar la sala médica y el spa (67.800 euros), un espacio adicional para la barra de sushi (10.837 euros) y colocar otros pulsadores para las cisternas de los retretes (5.500 euros). La partida más cuantiosa correspondió, por tres millones de euros, a cambios en el diseño interior de los camarotes para la tripulación.

Pero la nómina es extensa y peculiar. En el Evrima se gastaron 18.027 euros en retoques no previstos de iluminación, 104.410 euros en nuevas cubiertas de aluminio para las balaustradas exteriores, más de 186.000 euros en convertir el mástil en una estructura plegable u otros 17.000 en soportes para televisores. Sala extra para recargar ciclomotores eléctricos, nuevas pinturas y paneles, pomos para puertas, cristales, materiales para suelos... Así, hasta 212. En nueve meses.

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