Por muy poco que mejorara la cosa, era relativamente fácil que la economía de Galicia pegase un buen rebote durante el pasado año. Y la situación no fue para nada igual a la pesadilla vivida en los meses de la primera ola en 2020 que desencadenó una inédita hibernación de todos lo sectores no esenciales para minimizar los contagios. Como se esperaba, el vertiginoso ritmo de vacunación sirvió de salvavidas también para la actividad.

Los problemas esta vez vinieron de los cuellos de botella en el abastecimiento mundial de muchas materias primas y su precio disparado, incluida la energía, lo que unido a la fuerza en la recta final del ejercicio de la sexta ola por ómicron –una variante muchísimo más leve, pero también rapidísima en propagación– evitó el impulso del Producto Interior Bruto (PIB) en toda la magnitud que se preveía.

Una primera estimación

En un gesto inusual hasta ahora, la Xunta avanzó ayer un cálculo provisional del Instituto Galego de Estatística (IGE) sobre el incremento medio del PIB gallego en 2021: 5,3%. Son tres décimas por encima del alza del 5% divulgada también ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el conjunto del Estado. Hasta el 25 de próximo mes de febrero no se conocerá el dato definitivo de la comunidad, que, de confirmarse, batiría los máximos del 5,1% de 1999 y 2000 y supondría la recuperación ya de “más de la mitad del PIB perdido durante la pandemia”, según la Consellería de Facenda, que espera alcanzar la meta a lo largo de 2022.

La subida se queda por debajo de todas los pronósticos del Ejecutivo regional. Inicialmente fue un 8%, rebajado al 5,5% a mediados del pasado año. Luego, con motivo de la aprobación de las cuentas para este 2022, desde San Caetano elevaron otra vez la previsión al 6%. A la espera de conocer la evolución de los diferentes ingredientes del PIB, el Foro Económico de Galicia asegura que en noviembre se empezaron a notar ya “los obstáculos motivados por la falta de suministros y el alza de los precios de las materias primas". Antes de conocerse la información del IGE, el grupo de expertos anticipó un crecimiento “alrededor del 5,5% en el conjunto del año”.

Frente al 6,5% previsto

El ascenso de la economía española se queda lejos también del 6,5% previsto por el Gobierno y va en sintonía con las estimaciones realizadas por diversos organismos y entidades a lo largo de la última parte del ejercicio, que recogen especialmente el impacto registrado por la escalada de la inflación. En el cuarto trimestre del año pasado registró un alza del 2% con respecto al tercero, lo que supuso una ralentización de deis décimas con respecto al periodo del verano y alcanzó una tasa interanual del 5,2%, según los datos los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Aún así, se trata de un crecimiento medio que no se alcanzaba desde el año 2000, cuando el crecimiento fue del 5,2%. En 2020 también se batieron récords, ya que el producto interior bruto (PIB) experimentó su mayor desplome desde la guerra civil, con el 10,8% cono consecuencia de la crisis provocada por el coronavirus.