Dos años y medio después de que Marine Instruments anunciase su salto al sector de la vigilancia y control a través de su dron aéreo pesando para la pesca, la empresa situada en Porto do Molle (Nigrán) empieza a recoger sus frutos. El Ministerio de Defensa ha seleccionado a la firma y a su M5D-Airfox para formar parte, ya en solitario, del programa Rapaz, la iniciativa con la que quiere dotarse de un equipo no tripulado con el que poder realizar labores de reconocimiento y vigilancia desde embarcaciones. La compañía del Grupo Arbulu pasa ahora a una fase de desarrollo y adaptación a los últimos requerimientos de la Armada que, entre otras cosas, incluye la realización de tres campañas y la creación de un simulador con el que poder formar a los futuros pilotos de este dron. “Una vez completemos este proceso confiamos en que sea 100% válido para uso militar”, explica el director de Desarrollo de Negocio del Sector Público de la empresa, Javier Gravalos.
Marine Instruments lanzó hace ya varios años el Tunadrone, un dron aéreo con el que buscaba facilitar la localización de bancos de atunes a la flota atunera, que figura entre sus principales clientes. El desarrollo no fue fácil, pero por el medio localizaron la oportunidad de dar ese salto al sector de la defensa. Ahí nació el M5D-Airfox, un vehículo aéreo no tripulado con unas prestaciones que la hacían más que viable para su uso militar.
A partir de ahí, el proyecto entró en el programa Rapaz, lanzado por la Secretaría de Estado de Defensa. El objetivo era encontrar entre los fabricantes españoles un sistema maduro con peso al despegue inferior a 150 kilos, para lo que se realizaron diferentes pruebas.
Tras unos primeros test en tierra, llegaron los despliegues marítimos desde buques de la Armada. Llegó a vigilar aguas de Asturias y Galicia. “Nosotros fuimos capaces de cumplir objetivos y sobrepasarlos”, explica Gravalos, que recuerda que los militares “vieron el sistema como algo muy útil, pero civil”.
En todo este proceso la empresa fue incorporando las mejoras exigidas por Defensa para adaptar su dron a los estándares requeridos. El éxito en esta parte les valió un billete para la siguiente parte del programa, cuya adjudicación se confirmó esta semana. Según la formalización del contrato, de 200.000 euros, Marine Instruments “es la única empresa capacitada técnicamente para el desarrollo del proyecto desde el punto de vista técnico”. Además, recuerda que “se han negociado mejoras de interés para la administración”.
Gravalos comenta que la firma tendrá ahora que realizar una serie de mejoras como, por ejemplo, en la cámara que lleva incorporada o en las posibilidades que puede ofrecer el dron tanto a nivel logístico como en el sistema lanzador, el control o su integración con los sistemas ya operados por el Ejército. De igual forma, crearán “un simulador y un software intuitivo” de cara a servir de aprendizaje para los pilotos de drones que se entrenará en la base aérea de Matacán (Salamanca).
Este es el segundo contrato conocido relacionado con los drones de Marine Instruments. El primero fue la adjudicación del servicio de vigilancia pesquera de España con 1,2 millones de euros.
Seychelles
Por otro lado, Marine Instruments sigue muy enfocada en aplicar tecnología al sector pesquero. Tras el reciente lanzamiento de la boya M3iGO, la firma también aprovechó este mes para anunciar la apertura de una oficina en Mahé (República de Seychelles) pilotada por su nuevo gerente para el Océano Índico, Víctor Calvete. El objetivo es el de “ofrecer la mejor experiencia” a sus clientes en el área, principalmente del sector atunero.
