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Grupo Copo abrirá su segunda fábrica en Europa del Este para proveer a Audi-Seat

Técnicos de Copo, en el centro tecnológico propio que la multinacional gallega tiene en Mos. R. Grobas

Nuevo paso adelante en la expansión internacional del mayor fabricante de componentes gallego: Grupo Copo. El consorcio con sede en Mos abrirá en los próximos meses la que será su segunda planta en Europa del Este tras adjudicarse un importante contrato con las marcas Audi y Seat del gigante alemán Volkswagen, según indicaron a FARO fuentes de la compañía que pilota José Antonio Rodríguez Estévez desde 2012. El centro se ubicará en los alrededores de Bratislava, la capital de Eslovaquia, con una inversión asociada de 4 millones de euros y la previsión de crear unos cuarenta puestos de empleo directos. Desde 2015, será la tercera factoría que pondrá en marcha Grupo Copo en el extranjero tras las de Pilsen (República Checa) y Guanajuato (México).

Esta inversión de la multinacional gallega, especializada en espumas y otros componentes para el sector del automóvil, llega en plena tormenta de esta industria por la escasez mundial de microchips, que ha obligado a paros forzosos a todas las empresas de la cadena de valor del auto, y el impacto que tendrá en el tejido el proceso de descarbonización emprendido por la Unión Europea (UE). Además, supondrá para Copo poner los dos pies en uno de los territorios en los que más competencia tiene: los países del Este. La nueva factoría, que tendría que estar en marcha en 2023, supondrá una inversión de 4 millones de euros y permitirá una facturación anual de unos 10 millones.

En concreto, Grupo Copo fabricará espuma moldeada para los asientos de un nuevo modelo que producirán las marcas Audi-Seat, según ha podido saber este periódico. El centro empleará en una primera fase a cerca de 40 trabajadores. Copo ya tiene otra factoría en el país vecino, Pilsen. Otro proveedor vigués que tiene entre sus planes el salto a Europa del Este, aunque no ha dado todavía el paso –en gran medida por la imprevista crisis de los semiconductores– es Marsan, que como Copo, también tiene plantas en México.

El grupo apuntala su expansión tras las aperturas en Pilsen y México desde 2015

Copo arrancó su actividad en 1969 con otro nombre, Espumaciones Industriales Roday, y no sería hasta 1972, de la mano de tres pioneros de la automoción gallega como Román Yarza, Antonio Estévez y Francisco Ayuso, cuando inició el camino de lo que hoy es: el mayor proveedor de capital gallego, con más de 1.500 trabajadores, plantas en seis países -con la de Bratislava serán siete- y una facturación agregada que en el último año rozó los 140 millones de euros.

Su plan de expansión se intensificó a partir de 2015 con la apertura de una oficina comercial y de diseño textil en Alemania, la puesta en marcha Copo Textile México, la compra de nuevas instalaciones para Copo Iberoméxico, su implantación en Pilsen y la adquisición de Flexipol en São João da Madeira, a lo que seguirá ahora el nuevo proyecto de Eslovaquia.

Desde que Rodríguez Estévez cogió las riendas del grupo en sustitución de Francisco Anguera, Copo redobló su apuesta por la innovación y el desarrollo creando nuevos productos únicos en el mercado y recuperando el control del Centro Tecnológico Copo (CETEC), que durante años compartió a través de una joint venture con el gigante francés Faurecia.

Componentes

Una de las filiales de Grupo Copo es Componentes de Vehículos de Galicia en Porriño, participada partes iguales con Faurecia. La corporación gala vendió la división de negocio a la que pertenecía Componentes el pasado marzo a la italiana Adler, con la excepción de las dos plantas que tenía compartidas con otras empresas, una de ellas la de Porriño. Por ahora, Faurecia se mantiene como accionista del centro gallego, aunque no se descarta un cambio de accionariado en los próximos meses.

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