Se puede dar la vuelta al mundo de salto a salto entre los proyectos de Iberdrola en eólica marina. La compañía tiene parques en funcionamiento o con los trámites avanzados en aguas británicas y alemanas, Francia y las costas de Virginia y Massachussetts, en EEUU; acaba de entrar en el mercado de Suecia, Japón y Polonia; y pujará junto con el gigante galo Total en la nueva subasta de Dinamarca para levantar el complejo de aerogeneradores Thor, con 1.000 megavatios (MW). En muchas de esas zonas el sector lleva años ya de ventaja, “la historia de un liderazgo tecnológico e industrial europeo indiscutible”, según la UE, que se agarra con fuerza al enorme potencial de la tecnología offshore para cumplir su objetivo de la descarbonización de la economía en 2050.

¿Por qué España, un territorio históricamente pionero en el aprovechamiento del viento como fuente de energía, pasó desapercibida en los planes de todas las empresas que apuestan por la eólica marina? La presencia es mínima, casos contados de iniciativas experimentales, porque en las zonas con mejor recurso la gran profundidad imposibilita el anclaje de los molinos al fondo. Con las plataformas flotantes eso deja de ser un obstáculo e Iberdrola se ha propuesto impulsar el primer parque a escala industrial.

Galicia, Andalucía y Canarias

La potencia asciende a 300 MW y la inversión prevista supera los 1.000 millones de euros. “El proyecto representa una oportunidad para desarrollar cadena de valor en el país y situar a la industria española como referente internacional”, asegura el grupo presidido por Ignacio Sánchez Galán, que ubica esta y otras posibles instalaciones flotantes dentro de su objetivo de alcanzar los 2.000 MW “en la costa gallega, la andaluza o las Islas Canarias”.

El megaparque flotante forma parte de las 150 iniciativas presentadas por Iberdrola a las convocatorias del Gobierno para elegir proyectos tractores en el reparto de los fondos europeos del Next Generation. De ir adelante, en el proyecto trabajarán 66 empresas –la gran mayoría, 52, pymes– y centros tecnológicos de nueve comunidades, “contribuyendo así a la vertebración del territorio y a la creación de oportunidades industriales y de innovación en un mercado en crecimiento, con un alto componente exportador”.

El proyecto

1. El primer proyecto a escala industrial

Hasta ahora, las únicas iniciativas de eólica marina en España fueron experimentales y se empiezan a tramitar los primeros parques con potencia relevante. El de Iberdrola sería el mayor: 300 MW.

2. Más de 60 firmas industriales

Serán pymes la mayoría y también centros tecnológicos, como ya hizo con las “jackets” encagadas a Navantia Fene.

3. Entre este mismo año y 2026

Los trabajos de ingeniería y estudio podrían arrancar ya y la construcción finalizaría dentro de cinco años.


Este mismo 2021 podrían empezar los trabajos de estudio, diseño e ingeniería, lo que supondría, según la multinacional, la creación de entre 1.000 y 2.000 empleos a corto plazo. La cifra subirá por encima de los 2.800 anuales a lo largo de las tareas de construcción, hasta la entrada en servicio en 2026.

La ausencia de España hasta ahora en el mapa mundial de offshore contrasta con la riqueza y la calidad del viento –hay varios estudios técnicos que estiman una capacidad de entre 10.000 y 20.000 MW en parques–, pero también con el músculo que muchas firmas industriales sacaron estos últimos años con los encargos para países en los que sí se apostó por la eólica marina. Y Galicia es el mejor ejemplo. Iberdrola encargó a la alianza de Navantia Fene con la asturiana Windar una parte importante de la cimentación y los soportes (jackets) de los parques Wikinger (Alemania), East Anglia One (Reino Unido) y, más reciente, el Saint Brieuc (Francia). El astillero público gallego participó también en la fabricación de las estructuras del parque

flotante WindFloat Atlantic que el consorcio liderado por EDP lanzó al otro lado de la frontera gallega con Portugal, en la localidad de Viana do Castelo.

Ignacio Sánchez Galán, durante la visita a un parque eólico marino de Iberdrola. // Foto cedida

Objetivo 2025: 60.000 MW en potencia renovable


Iberdrola cuenta en estos momentos con más de 30.000 MW de potencia repartida por el mundo. El objetivo a medio plazo, en 2025, es duplicar su capacidad, con 4.000 MW en eólica marina. El plan inversor de la compañía en ese horizonte asciende a 75.000 millones de euros, de los que 14.300 se destinarán a proyectos en España. Las iniciativas presentadas al Next Generation en hidrógeno verde, redes, almacenamiento, economía circulas, movilidad y offshore rondan los 21.000 millones.

El Plan Nacional de Energía y Clima 2021-2030 recoge expresamente el apoyo a la eólica marina y el Ministerio para la Transición Ecológica abrió hace casi un año la consulta pública para elaborar la Hoja de Ruta para el desarrollo de la Eólica Marina y las Energías del Mar en España. ¿Qué falta para que puedan concretarse los proyectos? Conocer los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo, donde se identificarán las zonas aptas para localizar los parques, teniendo en cuenta el potencial energético y “las posibles compatibilidades o interacciones con otros usos u ocupaciones presentes y previstos a futuro”. La intención del Gobierno es aprobarlos antes del 31 de marzo.

Como adelantó FARO el pasado enero, Iberdrola era una de las principales empresas con planes para estrenar la eólica marina en Galicia. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) destaca en su atlas para el desarrollo del sector elaborado ya en 2009 que la comunidad tiene los valores de potencial de energía más elevados de toda España. Por eso el proyecto WindFloat Atlantic se acercó lo máximo posible a Galicia, al igual que el previsto en la vecina Asturias por Natury y Enagás.