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Brexit: “El acuerdo será la locura o la debacle”

Johnson y von der Leyen insuflan un cambio radical a la negociación del “Brexit”, que se encamina a un pacto “inminente” en el que la flota pesquera gallega quedará muy tocada: “Habrá buques que no podrán aguantar”

UE y Londres, a punto de cerrar el Brexit y la pesca teme lo peor: “Locura o debacle”

La incertidumbre que cubría como una niebla la mesa de negociación del Brexit se disipó de golpe hace una semana. Michel Barnier, líder de las conversaciones por parte de la Unión Europea, abrió la mano ante su homólogo y cruzó la frontera. Una línea imaginaria formada hace cuatro años y que mantenía a raya a todos y cada uno de los Veintisiete en un frente común, especialmente a aquellos que tenían grandes intereses en materia pesquera, como España. La unión, más simbólica que nunca, se vino abajo de repente, con una propuesta que confundió y azotó a todo el sector pesquero. La situada como “oferta final” de Barnier suponía la cesión de un 25% del valor de las cuotas de pesca que los barcos de la UE capturan en aguas británicas, 160 millones de euros anuales, ligado a un período de transición de seis años que permitiría el acceso a aguas. David Frost, negociador británico, recogió el guante y entró con el cuchillo entre los dientes respaldado por su sector pesquero, una industria que para Reino Unido no es ni mucho menos vital, pero sobre la que se construyó en su momento buena parte del argumentario que ayudó a lograr el Sí en el referéndum para la salida celebrado en junio de 2016. Su propuesta, que se rebajó de un 60% a un 35% de los cupos, se sumó las cifras del negociador francés y abrió la puerta a un acuerdo que, al cierre de esta edición, se perfila como “inminente”. La intervención del premier británico, Boris Johnson, y de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, propició en las últimas horas el acelerón final que según fuentes cercanas a la negociación se cerrará con un 25% de las posibilidades de pesca en liza y cinco años y medio de transición, es decir, hasta el verano de 2025. El clavo que faltaba en el ataúd de la industria pesquera en esta negociación. “El acuerdo será la locura planteada por Barnier o la debacle de Frost”, opina Iván López, vigués miembro de la Alianza Pesquera Europea (EUFA), que, resignado, añade: “No nos esperábamos que también íbamos a tener temor de la Comisión por su oferta”.

El esperado acuerdo entre ambas partes fijará el marco de su relación futura, evitando así un no deal el próximo 31 de diciembre y la imposición por tanto de los aranceles de acuerdo a las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Los plazos fijados por una y otra parte se superaron de forma reiterada, siendo la última el pasado domingo, fecha que la Eurocámara había fijado como definitiva para poder tener tiempo para ratificar un posible pacto, una forma de presionar ante la perspectiva –entonces– de una desconexión a las bravas.

La nueva fecha límite, no oficial y fijada para Nochebuena, llegó tras los rápidos avances en gobernanza, igualdad de condiciones en materia de competencia (level playing field) y pesca. Tantos, que según fuentes cercanas a la negociación los embajadores de los Veintisiete ya han sido convocados para esta mañana de cara a ser informados del resultado de las negociaciones y que, así, puedan trasladar a las capitales de sus respectivos países los detalles del pacto.

Cambios

Superado –como parece– el gran revés que un no acuerdo tendría para la economía gallega en su conjunto –un golpe de 500 millones de euros solo el primer año– el principal damnificado ahora parece que será el sector pesquero. Las posibilidades de pesca, sagradas para el sector, forman parte del paquete de cesiones que Bruselas dará a Londres, es decir, una moneda de cambio, lo que precisamente intentó evitar el sector desde que se inició el proceso de salida de Reino Unido de la UE. Toda una “traición” por parte de la Comisión Europea, como lo entendió la flota española y comunitaria a través de la EUFA, que se sintió “vendida” en el último minuto.

“De esta situación solo se puede culpar a la Comisión Europea y a Boris Johnson. Hasta ahora Barnier lo había hecho bastante bien y hace un mes cumplía con su promesa”, comenta el secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat. A su juicio, todo “ha coincidido con la intervención de Ursula von der Leyen y su equipo” en la mesa negociadora. “En ese momento es cuando han empezado a ceder y estamos hablando de los últimos segundos de la negociación, es lógico que cedan, pero no tanto.”, señala resignado.

Sobre la mesa: un 25% de las cuotas en juego y cinco años y medio de transición

Garat recuerda que “ambas propuestas son malas” y que “condicionan el futuro” de la flota. Si bien desde Anasol, asociación de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), ya alertaron de la destrucción de la flota que faena en el histórico caladero de Gran Sol, Cepesca insiste en que “habrá buques que no podrán aguantar” con un recorte de los cupos.

Por este motivo, la patronal, al igual que EUFA o ARVI, se mantiene en la posición de que “un no acuerdo es mejor que uno malo”. Y es que, como recuerda Iván López, “la negociación se ha puesto dura y la UE ya no va a salir con un statu quo”. Pero no son los únicos. El propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, alertó en una misiva –publicada por este periódico– dirigida al ministro de Pesca, Luis Planas, que hay una “fuerte preocupación” ante la propuesta de Barnier, que fue considerada como “inasumible” e “inaceptable”. De igual forma se pronunció este martes la portavoz en Europa del BNG, Ana Miranda, que instó al Gobierno central a que defienda los intereses del sector, ya que “es inadmisible que sea nuevamente sacrificado y usado como moneda de cambio”.

Al abismo

La pérdida de cuotas pesqueras de especies de tanta importancia para Galicia como la merluza, el rape, rapante o caballa, daría un golpe directo de unos 200 millones de euros en el caso de que la propuesta de Barnier saliese adelante, como parece. Mucho peor sería en el caso de que saliese la propuesta de Frost. El problema estará también en el período de transición: entre cinco y seis años poco para la planificación de las empresas armadoras y mucho por el mar de incertidumbre que supone. Y es que una vez superado este tiempo ambas partes se tendrán que volver a sentar, aunque en el lado de la mesa comunitaria ya se partirá con la desventaja de lo cedido ahora.

No obstante, esta caída al abismo no hará más que empezar, como teme el sector. A la espera de la reacción de países muy afectados como Francia o Holanda, Bruselas quedará dañada ante su sector, ya la industria de ningún país aceptará un acuerdo en los términos filtrados. Además, se encontrará otro hueso en el Mar del Norte, donde Reino Unido ha ido tejiendo alianzas con los países ajenos a la UE y con los que va a tener que lidiar a partir del mes que viene en temas pesqueros. Todo está en el aire. Incluso para este mismo enero.

Un golpe de 26 millones para la flota gallega

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, cifró ayer en 26 millones de euros el impacto que tendrá en Galicia el recorte de las cuotas de pesca fijado en Bruselas para 2021. En concreto, alertó que la flota gallega pierde un 7,6% de cuota con respecto a este año, siendo así la “más castigada” de las que trabajan en esta zona porque sufre una pérdida de 11 millones de euros directamente y el 63% de las capturas. El sector más castigado será el del arrastre de litoral, que perderá unos ingresos de unos 7,5 millones de euros.

Miles de camioneros atrapados en el Canal de la Mancha por el Brexit y la nueva cepa de coronavirus

Miles de camioneros atrapados en el Canal de la Mancha por el Brexit y la nueva cepa de coronavirus Agencia ATLAS / Bloomberg

Atrapados por Nochebuena

Entre 50 y 75 camioneros de Pontevedra se encuentran en los atascos formados en Reino Unido: “Nos dejaron tirados como perros”

Reino Unido se ha convertido en una cárcel para entre 50 y 75 camioneros gallegos que realizan trayectos entre la comunidad y las islas. Si la incertidumbre que generó la inminente resolución del Brexit provocaba retrasos que llegaban a las 24 horas por la urgencia de las empresas de hacer acopio antes de llegar a la imposición de aranceles a partir del 31 de diciembre en caso de un no acuerdo, la nueva cepa de COVID descubierta acabó por rematarlos. “Hay chóferes tirados, que pasarán la Nochebuena en una autopista”, critica el presidente de los transportistas frigoríficos de Pontevedra, Antonio Fernández.

El cierre de la frontera por parte de Francia el pasado domingo provocó que algunos camioneros se las vieran para encontrar una forma de regresar a casa con el cargamento intacto. Algunos tuvieron la suerte de encontrar embarque en un ferri con destino a Santander, como es el caso de Alberto Fernández, vigués de 53 años que llegó a Vigo este martes por la noche. “Se supone que teníamos que embarcar el lunes y nos dejaron tirados como perros. Es una vergüenza”, se queja.

  • “Se supone que teníamos que embarcar el lunes y nos dejaron tirados como perros. Es una vergüenza”,

    Alberto Fernández

El chofer, que salió de Escocia, transportó un cargamento de marisco vivo, lo que motivó que tuviese que hacer 600 kilómetros extra para cambiar el agua y evitar que se perdiera la carga. “Te quedas ahí, sin nada. Nunca vi una situación así”, señala Alberto Fernández, con más de treinta años en el sector.

El presidente de los transportistas comenta que “la acumulación de vehículos es bestial” y que aún con la apertura de fronteras será difícil que pasen todos. “Ni con ferris ni Eurotúnel”, explica, “y algunos llevan tirados tres días a pie de autopista”.

Caos de camiones y tráfico en Dover EFE

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