El exdirector general de Petróleos Mexicanos (Pemex) Emilio Lozoya, que validó la compra, en 2013, de Hijos de J. Barreras, permanece en la prisión madrileña de Navalcarnero desde el 13 de febrero. Sobre él pesa una petición de extradición de la Justicia mexicana por los presuntos delitos de delincuencia organizada, cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Para encarar el sinuoso camino que tiene por delante ha decidido fichar a un abogado de postín. Se trata del exjuez Baltasar Garzón, director del bufete madrileño International Legal Office for Cooperation and Development (Ilocad). Y como ratificó este miércoles en la capital azteca el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, Lozoya está siendo investigado en el país por tres operaciones que habrían provocado sendos quebrantos en las cuentas públicas: la toma del 51% del astillero vigués, por la que Pemex desembolsó 5,1 millones de euros, es una de ellas. "Una que tiene que ver con la adquisición del astillero -detalló Nieto, en una comparecencia con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador- que ha implicado para Pemex pérdidas por 50 millones de euros". En todo caso, su vinculación a las redes de la trama Odebrecht, de la que habría percibido diez millones de dólares, es la principal acusación que pesa sobre él.
El propio López Obrador se pronunció ayer sobre el fichaje del despacho de Garzón. "Los abogados suelen ser buenos cuando se trata de defender una causa justa, pero si se trata de defender a un posible defraudador, por muy bueno que sea el abogado, lo tiene difícil", dijo el presidente, cuestionado por la prensa en Palacio Nacional. López Obrador, quien no escondió sus simpatías hacia Garzón por haber procesado al exdictador chileno Augusto Pinochet, aseguró que el español es "un abogado que como cualquier profesional da un servicio. Esto cae en la esfera de lo particular. Él es un abogado que trabaja para defender a clientes", zanjó.
En realidad, los 50 millones de euros a los que hicieron referencia tanto Nieto como el actual director general de la petrolera, Octavio Romero Oropeza, se corresponden con el agujero patrimonial en el que incurrió Barreras como consecuencia del sobrecoste del crucero Evrima, para la naviera Cruise Yacht Upper Holdco (Ritz-Carlton Yacht Collection es su marca comercial). Esta situación provocó que la compañía entrase en causa de disolución, para lo que suscribió un acuerdo de refinanciación que terminó por estabilizar los fondos propios. Eso sí, Pemex apremió a Ritz al pago de 13,1 millones de euros, para sufragar tanto su inversión como los ocho millones de euros que puso en avales para asumir la construcción del minicrucero de lujo. Ese pago no se ha producido. Fuentes de Barreras han dado por hecho además que la petrolera no abandonará el capital al menos hasta la entrega del buque dado que Cruise Yacht no tiene intención de entrar en el accionariado y para maximizar el valor del astillero con la firma de los esperados nuevos contratos.
Lo que sí se producirá el próximo 17 de marzo será la oficialización del acuerdo marco para la cesión de derechos, por la cual tanto Pemex como Albacora -suman el 75% del capital social- cederán a la armadora la capacidad de gestión sobre la atarazana. Será en una junta de accionistas de carácter extraordinario y de la que no ha trascendido la orden del día. Fuentes próximas al accionariado han aseverado no obstante desconocer los planes de Ritz respecto al nombramiento de los "nuevos equipos" y, sobre todo, del consejo de administración. A preguntas de FARO la naviera tampoco quiso pronunciarse sobre este extremo. La actividad a bordo del Evrima se retoma poco a poco y ayer se incorporaron al astillero operarios de la auxiliar Tubacer.
