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Pescanova ablanda las garras del Idai

La firma gallega salva la vida a más de 300 personas tras el mayor ciclón de la historia de Mozambique

Los barcos gallegos de Pescanova salvan la vida a cientos de mozambiqueños víctimas del ciclón Idai

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"Imagina que Vigo y que se cortan las conexiones con el resto de península". Así ha quedado Beira, la segunda mayor ciudad de Mozambique (cerca de 600.000 habitantes), tras la embestida del ciclón Idai; para la Organización Meteorológica Mundial (OMM, un organismo integrado en la ONU), el peor desastre climático de la historia en el hemisferio sur. "Lo inmediato es rescatar a la población que se ha quedado aislada, de ahí la gran labor de Pescanova estos días". Meritxell Molinos trabaja en el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (provincia de Maputo) y habla desde un escenario revestido de fango y necesidad que repele los triunfalismos. Pese a haber salvado docenas de vidas. Dos marisqueros de la compañía gallega ( Cygnus 1 y Cygnus 3) lo hicieron con más de 300 personas, buena parte de ellos niños, desde que Idai llamó a la puerta. Es que "lo peor está por llegar". Se han contabilizado más de 400 muertos, pero se temen más de 1.000, con un millón de niños afectados; "el gran reto será controlar brotes de cólera, tifoideas... Y, a medio plazo, un aumento brutal de la malaria".

Pescamar Ltd -la filial de Nueva Pescanova en el país- es una pesquera, pero estos días ha ejercido de punto de encuentro para los españoles en el país, centro de operaciones, locutorio, puerto base, paño de lágrimas. Desde la Oficina de Información Diplomática (OID) constatan que "la coordinación entre la Embajada y el Cónsul Honorario en Beira -Lucas Lorenzo, director ejecutivo de Pescamar- ha sido fundamental para mantener un flujo continuo de información y de contacto con los familiares de los ciudadanos españoles que se encontraban en las zonas más afectadas y que no pudieron contactar hasta que el operativo de búsqueda los localizó". Lorenzo aterrizó en Beira en 2015, procedente del equipo de Deloitte que ayudó a evitar la liquidación; la empresa lo había hecho 45 años antes, cuando todavía era una colonia del régimen salazarista portugués. Se asentó, ya bajo el sistema de sociedades mixtas, en 1984. En la misma Beira, provincia de Sofala, que es incapaz de tragar hoy tanto horror.

En el año 2000 Mozambique ya había sufrido severas inundaciones provocadas por cinco semanas de lluvias torrenciales y dos ciclones (Eline y Gloria). Murieron más de 700 personas, hubo 650.000 desplazados y 4,5 millones de afectados. El equipo de Pescanova no contaba con que Idai fuese a dilapidar aquellas cifras. "Pero cuando empezamos a comparar su previsión de intensidad con la del sufrido en 2000 fuimos conscientes de lo que se nos echaba encima", asiente el responsable de Pescamar. La compañía logró salvar la flota, "parte evacuada [a Inhambane, a 250 al sur] y parte asegurada" en su puerto base. Algunos de sus 34 barcos deberán ser sometidos a reparaciones; la empresa dispone en Beira de un astillero con dique seco. Eso sí, "en las instalaciones los destrozos han sido mayúsculos, volando la práctica totalidad de tejados y dejando maquinaria y repuestos a la intemperie, merced a las lluvias que continuaron al ciclón".

Auxilio internacional

Hace falta mucho más. Porque, como dice Meritxell, "se necesitaría ayuda internacional aunque esto hubiese pasado en París". Pero ha sido en un país pobre, con una renta per capita anual que un ciudadano francés genera en cuatro días. Fabrizio Graglia trabaja en la Associação Esmabama, en Beira. Su testimonio corta la piel a 2.800 kilómetros de distancia. "Este ciclón ha dejado tras de sí un rastro de muerte y destrucción como no se recuerda en el país. El tejado del hospital central se cayó, murieron cinco recién nacidos [...] Llevamos tres días comiendo naranjas y aguacates, y racionalizando el agua". Desde el terreno recuerdan que, en una primera fase, lo mas difícil en es canalizar y hacer llegar la ayuda "Pescamar siempre les daba comida y cosas, pero ahora no se la pueden hacer llegar". La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) ha fletado un avión con 12 toneladas de ayuda humanitaria: 1.200 kits de cocina y 522 kits de higiene. También, en colaboración con Bruselas, un equipo START ( Spanish Technical Aid Response Team), con personal sanitario y un hospital de campaña. Galicia es una de las diez comunidades que ha aportado fondos, hasta un total de 250.000 euros.

Meritxell conoce de primera mano las tareas de rescate de la compañía gallega. "La madre de un compañero estaba desaparecida, en la misma zona de Buzi. A los pocos días supimos que estaba a salvo; había conseguido llegar a uno de los barcos de Pescanova". Como Augusto Massembe, María Albertina Castelo Branco, Pedro Andrade, Americo Gonçalves, Teresa Francisco, Regina Domingues... y otras 61 personas rescatadas, solo el viernes, por el Cygnus 3. ¿En qué momento se convierte una pesquera en una balsa salvavidas? "Ayudar está en nuestro ADN y en el compromiso con las comunidades de los países en que estamos presentes. No hemos hecho nada que no haría cualquiera en nuestra posición". Para Lucas Lorenzo el trabajo de Pescanova ha sido "simbólico" habida cuenta del volumen de personas afectadas. "Nuestra escala de prioridades no ha variado y tenemos claro nuestro deber de auxilio, si bien -concluye- sin abandonar la vuelta a la normalidad de las operaciones, lo que implicará un trabajo extra".

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