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Santander y Armas acuerdan una prórroga "in extremis" a Vulcano para acabar el ferri

Pactan una prórroga para evitar que se cancele el contrato, el único firmado por el astillero vigués en diez años

Estado actual del ferri "Villa de Teror" en las gradas de Factorías Vulcano. // Alba Villar

Banco Santander y Naviera Armas han alcanzado un acuerdo in extremis que permitirá terminar la construcción en Vigo del Villa de Teror, el ferri encargado a Vulcano y que la factoría tendría que haber entregado el pasado 28 de junio. Fuentes de toda solvencia consultadas por FARO han confirmado que el convenio incluye una "prórroga" sobre los términos del contrato, que entraba en periodo de cancelación este jueves por los reiterados retrasos de la atarazana de Teis. "El acuerdo se fundamenta en que sea posible terminar el buque, además de cuestiones de financiación", expusieron las mismas fuentes. Ahora bien, será papel mojado si no lo validan todas las partes involucradas en la operación, sobre todo los más de 70 trabajadores del astillero y las auxiliares, treinta de ellas agrupadas en una plataforma y a las que se les adeudan unos diez millones de euros. De hecho, y al margen de los escasos detalles que han trascendido, el acuerdo entre Armas y Santander ha suscitado recelos.

Las subcontratas que han participado en la construcción del ferri de Trasmediterránea (filial de Armas) llevan sin cobrar desde mayo y no se les ha comunicado cómo se les van a abonar las facturas atrasadas o los trabajos que quedan por hacer. "Que nadie sabe exactamente cuáles son", lamentan otras fuentes, que dudan de la capacidad de Factorías Vulcano de culminar el contrato en 40 días (siete/ocho semanas laborables), como aseguró el mes pasado. Además, y como ayer publicó este periódico, las auxiliares no están en disposición de retomar con normalidad sus tareas en las gradas de Teis. "Nos llamó una ingeniería de parte del banco para verificar qué deuda se tenía con nosotros, qué disponibilidad tendríamos y cuánto nos quedaba por hacer", expone el propietario de una de estas empresas. Esa llamada fue en diciembre; desde entonces han tenido que recolocar a personal en otros astilleros y tenido que ejecutar despidos por falta de ingresos. Aquella planificación ya no sirve.

Tampoco existe fecha todavía a la reunión que prepara el Ejecutivo gallego y que, como el 7 de diciembre, aspira a sentar en la misma mesa a todos los actores del proceso: Santander (dueño del 75% del barco), Trasmediterránea, Pymar, Xunta, Vulcano y trabajadores. A estos últimos se le deben cuatro nóminas, que serán cinco si en los próximos días la entidad financiera no ejecuta algún tipo de desembolso. La plantilla ya ha anticipado que no aprobará "ningún acuerdo" que no incluya como "primer punto que la gente cobre". En las negociaciones este extremo no ha estado sobre la mesa, o al menos no se ha barajado con los sindicatos.

El papel de Vulcano

Quien ha estado fuera de toda la negociación entre Santander y la naviera ha sido el astillero, que ha asegurado a su comité de empresa disponer de "toda la documentación" para pedir la liquidación de forma voluntaria este mismo miércoles. El del Villa de Teror es el único contrato firmado por el astillero desde 2007, desde cuando ha encadenado sucesivas crisis y ha sometido a su personal a más de una docena de expedientes de regulación de empleo. En enero del año pasado el Supremo condenó a Vulcano -controlado por la familia Santodomingo a través de Astilleros La Mecánica- al pago de 25 millones de euros por causar la quiebra de su exfilial Factorías Juliana. Esa sanción, firme, fue calificada después como crédito concursal; sufrió una quita y quedó reducida a cinco millones, pagaderos a partir de 2035. En las últimas cuentas anuales el astillero obtuvo un resultado positivo de 2,43 millones, pero acumula fondos propios negativos por más de 128 millones.

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