Los incendios quemaron en el último año 69 hectáreas, de las que 45 son arbolado

Dozón continúa como única parroquia de alta actividad incendiaria al registrar 30 fuegos desde 2019 | El distrito tiene 4 brigadas, 5 motobombas y un nuevo punto de vigilancia

Dos bomberos contemplan monte ardido en Alperiz (Lalín) en abril del año pasado. |   // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Dos bomberos contemplan monte ardido en Alperiz (Lalín) en abril del año pasado. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

El Consello da Xunta aprobará hoy las actualizaciones del Plan de Prevención e Defensa contra os Incendios Forestais de Galicia, Pladiga 2024. El documento recoge los medios con que contará cada uno de los 19 distritos forestales, así como las medidas preventivas y también los efectos de los incendios el último año.

En el distrito forestal 16, que engloba a los municipios de Deza y Tabeirós así como a Cerdedo (Cotobade pertenece al 19) en 2023 ardieron 69,11 hectáreas, repartidas entre las 45,14 de arbolado y las 23,97 de superficie rasa. Esas poco más de 69 hectáreas convierten al distrito en el segundo de los cuatro de la provincia con menos superficie arrasada por el fuego, por detrás solo de las 11,41 hectáreas del distrito de Vigo-O Baixo Miño. En Caldas-O Salnés se quemaron 84,05 hectáreas, que suben a las 153,27 en O Condado-A Paradanta- De este modo, en la provincia ardieron el año pasado 317,85 hectáreas, y en toda Galicia 6.748,92, a consecuencia de 908 fuegos.

Cierto que Deza y Tabeirós redujeron el impacto de los incendios, pero continúan con una parroquia dentro del listado de las que tienen alta actividad incendiaria. Es Santa María de Dozón, en Dozón, porque en los últimos cinco años ha registrado 30 incendios. Hay otras de la provincia en situación similar, como San Cristobo de Mourentán, en Arbo, con 28; San Xurxo de Salceda, en Salceda de Caselas, con 22; Saiar, en Caldas de Reis, con 3 fuegos muy virulentos, y Poio, en el concello del mismo nombre, con 14.

El Pladiga recoge, por distritos, los efectivos humanos y la maquinaria con que cuenta cada distrito para hacer frente al fuego. En el caso de nuestro distrito, tras los convenios firmados para las anualidades 2023-2024 hay cuatro brigadas (una en Lalín, otra en Forcarei y dos en A Estrada); cinco motobombas, repartidas entre Agolada, Lalín, Dozón, Forcarei y A Estrada, y dos puntos de vigilancia fija, en Lamasgalán de Arriba, en Forcarei y en Casamaría, en la parroquia trasdezana de Moalde. También en Silleda, pero en Taboada, está la base aérea.

Además, el Pladiga amplía y renueva la Rede de Vixianza dos Espazos Forestais de Galicia, con 12 nuevos emplazamientos que permitirán disponer en toda la comunidad de 88 centros y 177 cámaras. Uno de estos nuevos centros comenzará a funcionar en el distrito forestal 16, en Agolada, y se suma a las labores que ya realiza el centro instalado en Lalín muy cerca de la frontera con Vila de Cruces. Hay dos centros más de vigilancia ya en marcha, que corresponden al distrito forestal 8, que cubre Terra de Lemos, pero que se encuentran en la frontera de Rodeiro con Chantada y con Carballedo.

Quemas prescritas

El Pladiga cuenta con un plan autonómico de quemas prescritas que, durante este año y hasta marzo de 2025, contempla 312 actuaciones, de las que 11 se ubican en el distrito: serán en Rodeiro, Cerdedo, A Estrada, Dozón y Agolada. Y ya que hablamos de Rodeiro, este municipio tiene una parroquia entre la lista de feligresías priorizadas para que el concello y los dueños de franjas secundarias de núcleos retiren su maleza. A escala gallega hay 157 parroquias priorizadas, que se traducen en 12.286 hectáreas.

Plan de pastos en Forcarei, Cruces y Cerdedo

Al margen de las quemas prescritas, ayudan también los tratamientos preventivos mecanizados, que en el distrito 16 se realizaron sobre 693 hectáreas, ninguna de ellas ni en Cerdedo ni en Dozón. Se desbrozaron entere 51 y 100 hectáreas en Agolada, Silleda y A Estrada; menos de 50 en Lalín y Rodeiro, entre 101 y 150 en Forcarei y más de 150 en Vila de Cruces. A la hora de prevenir incendios, la Consellería de Medio Rural echa mano de una serie de “medidas de conciliación de intereses”, como las denomina el Pladiga, que permite controlar la vegetación y mantener los usos tradicionales que hace del monte la población rural. Estas medidas son las aldeas modelo, los polígonos agroforestales, las permutas y los planes de pastos.

Las aldeas modelo intentan recuperar aquellas tierras que bordean los núcleos y que son de alta capacidad. De las 21 que están en marcha ahora mismo, hay una en Mouteira-Parada, en Cerdedo. También en esta parte del municipio, en Tomonde, funciona uno de los 30 polígonos agroforestales, que contemplan la agrupación parcelaria para que el rendimiento sea mayor. En cuanto al plan de pastos, funciona a petición de las comunidades de montes, con 13,50 hectáreas de los comuneros de Sixto, en Forcarei; las 54,16 de Asorei, en Vila de Cruces, y las 90 de los comuneros de Vilar de Mato, Panceiros e Quireza, que afecta a los concellos de Cerdedo-Cotobade, Campo Lameiro y Curtis. Este plan de pastos ha de incluir desbroces, fertilizaciones, cierres ganaderos y recintos para la gestión del ganado.

Suscríbete para seguir leyendo