Los abogados del turno de oficio de Lalín urgen una batería de mejoras en su estatus

Perciben indemnizaciones, que no contemplan los desplazamientos, y cubren guardias de siete días | Al no ser trabajadores, no tienen derecho a huelga ni a desconexión digital

Varios abogados de oficio ayer, en la biblioteca municipal de Lalín.

Varios abogados de oficio ayer, en la biblioteca municipal de Lalín. / BERNABE/JAVIER LALIN

Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

Al escuchar cuáles son las condiciones de trabajo de los abogados de oficio, una acaba pensando que trabajan por amor al arte, como dice el refrán. La situación laboral que tienen estos profesionales estalló el 21 de noviembre, cuando se declararon en huelga indefinida. Una treintena de letrados de Lalín y A Estrada han dado un paso más días atrás, al cursar baja como medida de presión para que los escuche la administración de justicia pero también para que los apoyen los propios colegios de abogados en sus peticiones de mejoras laborales.

Ayer, un grupo de letrados de oficio expuso en Lalín la lista de mejoras que precisan en su estatus “para que se nos aclaren nuestros derechos de descanso, que podamos cotizar por los turnos de oficio y que tengamos una retribución”. Porque a día de hoy, los abogados de oficio no tienen retribuciones, sino “indemnizaciones”, como explicó Victorino Gutiérrez da Silva. Esas cantidades se cobran a trimestre vencido, y normalmente a mediados del siguiente trimestre. En Madrid es peor: tardan casi un año. Y en esas indemnizaciones no se contemplan gastos como el combustible del vehículo en que se han desplazado o el transporte en otros medios como un taxi mientas que, por ejemplo, el fiscal que viene a Lalín lo hace en coche oficial o, si no puede desplazarse, puede intervenir en el proceso por videoconferencia. El abogado de oficio, sin embargo, debe acudir siempre de forma presencial.

Reclamación de honorarios

Pero hay casos en que una persona que solicita justicia gratuita al final no tiene derecho a este servicio, y no es la administración, sino el abogado o abogada que lo ha asistido en un primer momento, el que debe reclamarle al cliente esos honorarios, que además en muchas ocasiones no consiguen cobrarse.

Los abogados de oficio, al no ser trabajadores, no tienen derecho a huelga, ni a desconexión digital. En los juzgados de Lalín y A Estrada, además, cubren guardias de 24 horas al día, durante siete días seguidos. Cada abogado de oficio hace una guardia de una semana cada diez semanas. Y cuando toca, implica una disponibilidad absoluta y vivir, en la práctica, pendiente de si suena el teléfono para coger el aviso. Una vez que llega este, dispone de hasta un tope de 3 horas para presentarse, salvo en casos de violencia de género y en llegar al juzgado, que debe ser inmediato, como apuntaba Ángeles Blanco junto a otras compañeras.

Apertura de expediente si hay renuncia

No cabe renunciar a llevar un proceso de justicia gratuita, porque el o la abogada se enfrentarían a la apertura de un expediente. De hecho “estamos intentando hacer huelga sin que nos sancionen, pero va a haber expedientes disciplinarios desde el Colegio”, indicaban ayer los afectados. Otra de sus demandas es que sus cotizaciones a la Seguridad Social tengan efectos retroactivos, de modo que el dinero que aportaron a la mutua pueda ser transferido al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, para que las pensiones que puedan disfrutar en un futuro no se queden en 500 euros al mes, o incluso menos.

Foto de familia de los abogados que ayer expusieron sus condiciones laborales.

Foto de familia de los abogados que ayer expusieron sus condiciones laborales. / S.S.

Dificultades para la conciliación

Muchas abogadas que decidieron ser madres tuvieron que renunciar al turno de oficio, conscientes de que esas guardias de siete días seguidos hacían imposible el cuidado de un bebé o de un niño de corta edad. Pero la conciliación tampoco es fácil en el día a día de esas guardias, porque si el letrado o letrada enferma, no le queda otra solución que conseguir que un compañero le cubra el resto de la guardia. “Dependemos de la solidaridad de nuestros compañeros”, aseguran.

Ocurre lo mismo si están pendientes de una operación programada: como el listado de guardias se conoce con bastante antelación, también la única alternativa es cambiar el turno con otro compañero, porque la administración se excusa en que ya está esa lista elaborada. Pasa algo similar con los señalamientos: si te toca un señalamiento con una guardia, ninguno de los dos se va a mover, así que hay que echar también mano de la empatía de un colega de oficio. Victorino Gutiérrez resumía toda esta situación con “la idea decimonónica de la justicia gratuita” que aún pervive hasta hoy y que hay que mudar para seguir prestando ese servicio.