La Central favoreció el año pasado la venta de 455 ejemplares con etiqueta “Vaca e Boi de Galicia”

Las transacciones superaron el millón de euros

Un ejemplar con etiqueta de la indicación geográfica protegida en la subasta de ayer.

Un ejemplar con etiqueta de la indicación geográfica protegida en la subasta de ayer. / alfonso loño

La Indicación Geográfica Protegida Vaca e Boi de Galicia surgió en 2017 con el fin de proteger y difundir las excelencias de la carne del vacuno mayor gallego. El producto comercializado bajo esta etiqueta garantiza al comprador que se lleva la carne de un ejemplar nacido, criado, cebado y sacrificado en la comunidad autónoma. Según la propia IGP, las razas admitidas para lanzar su carne al mercado son Rubia Galega, Cachena, Caldelá, Frieiresa, Limiá, Viansesa, Asturiana de los Valles, Limusina, Rubia de Aquitania, Frisona y Parda Alpina.

El recinto Feira Internacional de Galicia, en Silleda, es uno de los lugares en los que cada semana lucen ejemplares con esta denominación que, traídos por tratantes, buscan un comprador. Durante el año pasado fueron exactamente 455 las reses de la indicación Vaca e Boi de Galicia los que se comercializaron en la puja de la Central Agropecuaria de Galicia, que supusieron unas transacciones económicas superiores al millón de euros. La coordinación de la subasta incluye a estos animales dentro del segmento del vacuno mayor; es sus categorías extra, primera, segunda y desecho.

El récord de afluencia se produjo el 12 de septiembre pasado, con 20 ejemplares, que supusieron un volumen de casi 47.000 euros. Además, en 17 subastas se rebasó la decena de animales.

La Indicación Geográfica Protegida determina que antes del sacrificio de la res es necesario un período de acabado mínimo de seis meses y la alimentación será a base de pastoreo y forraje, con un 80% procedente de Galicia. Para su engorde se podrá recurrir a silo de maíz, harina de cereales, pastone o piensos compuestos.