“Dicen que va a ser el Dakar más duro de la historia”

Javier Campos analiza su reto en la prueba de motor más dura del mundo con 7.891 kilómetros y catorce días de carrera

El piloto estradense visitó ayer la delegación FARO para hablar sobre el Dakar.

El piloto estradense visitó ayer la delegación FARO para hablar sobre el Dakar. / BERNABÉ/DARIAN

Queda menos de un mes para el que Javier Campos se convierta en el primer estradense en disputar el Dakar, la mítica carrera que pondrá a prueba al veterano piloto de 54 años. Campos pondrá rumbo a Arabia Saudí el día 31 de diciembre, iniciando su andadura el día 5 con la disputa del prólogo. Atrás quedan meses de entrenamientos y carreras por todo el mundo, una larga y exigente preparación con la que el estradense afronta su objetivo de cruzar la línea de meta a orillas del Mar Rojo el 19 de enero.

Para ello debe superar 7.891 kilómetros de recorrido, con casi 5.000 cronometrados. Estos se dividirán en 12 etapas y un prólogo, para completan un total de 14 días de competición. La quinta edición del Dakar organizada en Arabia Saudí se perfila como la más exigente hasta la fecha, tanto para los pilotos como para las máquinas. “Los que saben de esto dicen que va a ser el Dakar más duro de la historia”, nos explica Javier Campos analizando los planos de esta edición de la mítica competición. “Hay mucha arena, mucha duna y muchos kilómetros. Armand Monleón, jefe del equipo, ya me dijo que había elegido una mala edición para estrenarme”, añade el estradense.

Una de las grandes novedades que destaca Campos en esta edición es una maratón de 48 horas el 11 y 12 de enero. Se trata de una etapa con formato nuevo que se disputa durante dos días con las limitaciones propias de una etapa maratón. Cuando el reloj marque las 16.00, todos los vehículos estarán obligados a detenerse en el siguiente campamento al que lleguen. Sin conexión y sin saber el resultado de sus rivales, los pilotos acamparán y retomarán la ruta a las 7.00 del día siguiente para completar el resto del recorrido. Los movimientos en la clasificación solamente se sabrán tras unos 600 kilómetros de especial. “Cada uno puede gestionar la doble etapa como quiera. Puedes estirar la primera jornada, la segunda o hacer dos equilibradas. No tienes tampoco asistencia. La organización solo pone tiendas y comida en el campamento”.

Esta dura etapa se suma a la del 7 de enero, la más larga con 470 kilómetros junto a la del 14 de enero, con 483, y a del 18, con 480. Al final cada día estás unas ocho o nueve horas sobre la moto entre zonas cronometradas y enlaces. Por eso es importante intentar llegar siempre de día y tener tiempo para descansar, porque salimos muy temprano”, explica Campos.

Campos, con su montura y el número que lucirá en el Dakar.

Campos, con su montura y el número que lucirá en el Dakar. / Bernabé/Javier Lalín

El piloto local señala que su objetivo en este Dakar es acabar la carrera. Para ello considera que la principal premisa que debe cumplir es no caerse. “Una lesión o dolor es algo que te va a condicionar el resto de días de carrera. Ya estando bien físicamente es muy duro. Si tienes que hacerlo con un golpe encima sería muy complicado acabar”, afirma.

Para ello apuesta por no volverse loco con los ritmos de carrera, aunque para ello también hay que encontrar un equilibrio. “El problema es que tampoco me puedo relajar demasiado. Si bajas el ritmo mucho puedes verte detrás de los camiones, que dejan surcos que te complican todavía más las cosas”, afirma. “Por eso lo importante es ir de menos a más. Cogiendo ritmo poco a poco. Ir con cabeza y responsabilidad, viendo cómo responde el cuerpo”, añade en el mismo sentido.

Otra de las claves estará en la resistencia, tanto física como mental. “Hay que gestionar bien ambas cosas. Cuando estas en carrera tienes que pensar en muchas cosas y durante muchas horas. No solo es pilotar. Por eso el Dakar, además de castigarte físicamente, lo hace también a nivel mental”, argumenta.

Precisamente, uno de los aspectos que más le preocupa en su día a día es la comida, algo que ya le pasó factura en carreras de este tipo anteriores. “Es algo que tengo que gestionar bien. Si no comes y bebes adecuadamente el cuerpo se va cansando, a veces sin darte cuenta. Los ojos y la mente son las primeras cosas que se cansan. Empiezas a no ver bien y te cuesta pensar con claridad. Por eso es importante llevar bien pautadas las comidas y hacerlo cada poco”.

Otro factor que puede condicionar su aventura en el Dakar es la lluvia. En la edición del año pasado hubo lluvias importantes, que generaron riadas e incluso obligaron a retocar etapas. “La lluvia es un problema a la hora de pilotar. No tanto en las dunas, sino en las zonas de tierra que se embarran”, explica. “También hay que gestionar el frío. Aunque es el desierto en esta época las temperaturas por la mañana y la noche son muy bajas. Sin embargo suben mucho al mediodía. No tiene nada que ver con el Rally de Marruecos, donde hacía mucho calor toda la etapa”.

El piloto estradense explica que, por el momento, todavía no ha notado los nervios previos a una carrera de este tipo por la que lleva esperando varios años. Augura sin embargo que todo cambiará una vez llegue a Arabia Saudí y se acerque el momento de cumplir su sueño. “Siempre tienes algo de miedo. En un Dakar sabes que te puede pasar de todo. Tienes miedo especialmente a hacerte daño. Una piedra o un palo y vas al suelo”.

Campos será uno de los tres gallegos en este Dakar junto al monfortino Eduardo Iglesias, compañero suyo en el equipo Joyride.