Entrevista | Priscila Retamozo Ramos Politóloga

“Los hombres y las mujeres nos entendemos mucho mejor de lo que pueda parecer”

“Las penas se comieron a otra gran parte de la ley del ‘sólo sí es sí’, que es la de la educación sexual integral en el período escolar”

Priscila Retamozo y Chus Payo, ayer, en
el auditorio de Lalín.   | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Priscila Retamozo y Chus Payo, ayer, en el auditorio de Lalín. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Ángel graña

El Auditorio Municipal acogió ayer un actividad enmarcada dentro del programa Lalín por igual. La charla estuvo dirigida por Priscila Tamara Retamozo, en la que se trataron asuntos como la formación de la personalidad y de cuáles son las bases de las relaciones sanas y de la cultura del consentimiento. Más de un centenar de alumnos de Secundaria del IES Laxeiro y el colegio Scientia Lalín participaron en el coloquio posterior.

–¿Cómo ha sido su experiencia con los jóvenes en Lalín?

–Fue estupenda, la verdad. Estuvieron súper participativos. Hablamos sobre los falsos mitos en torno a la sexualidad, y en concreto a la cultura del consentimiento. Los jóvenes comentaron algunos bulos y cosas que habían escuchado en redes o medios de comunicación. Lo estuvimos comentando juntos y juntas en el auditorio.

–¿Hubo recepción por parte del público o desconfianza ante temas tan personales?

–Si te soy sincera, los vi muy animados con la actividad. Estuvieron preguntando qué tenían que hacer para poder continuar una hora más. Yo bromeé si era sólo por perder clase, me dijeron que sí, que era un poco por eso pero, también, porque les estaba gustando mucho. Así que, doble punto por sinceridad para todos ellos.

–Tengo entendido que también visionaron alguna serie, ¿no?

–Es cierto. Estuvimos viendo juntos un fragmento de un capítulo de “La que se avecina”, donde hablaban por ejemplo de los pros y contras de las mujeres. Entonces, en los pros solamente encontraban una ventaja, que era el sexo. Todo el mundo conocía ese capítulo, desde primero hasta cuarto de la ESO, todos se rieron pero luego estuvimos comentando cómo colocaba a las mujeres ese clip y, también, cómo los colocaba a ellos, que me parece igualmente fundamental esa idea de los chicos como animales, incapaces de controlarse, que solamente están preocupados por el sexo y que lo entienden como algo súper egoísta en donde la otra persona no tiene nada que decir. Fueron muy interesantes las reflexiones posteriores porque algunos reconocieron que no se habían dado cuenta y que después de haberlo comentado lo veían clarísimo. La verdad es que fue muy divertido.

–¿Es cierto que se considera una activista de la escucha?

–Sí, lo digo mucho. Digo que soy una activista de la escucha. Creo que es fundamental. A veces, no es tanto lo que las personas adultas podamos decir en una sesión corta, de hora o hora y media, sino todo lo que podemos escuchar y lo que podemos hacer reflexionar sobre lo que dicen. Por eso digo que me considero una activista de la escucha, en especial hoy en día.

–¿Qué opinión le merece la polémica ley del “sólo sí es sí”?

–Me parece que nos falta hacer un trabajo de pedagogía muy importante. Creo que no hay ningún marco legislativo ni tampoco ninguna ley que cambie de raíz problemáticas que van más allá de un marco legislativo. Y lo comprobamos hoy (por ayer) en el taller porque muchos creían que la ley del “sólo sí es sí” obligaba a firmar una especie de contrato, que una vez firmado te autorizaba a mantener relaciones sexuales. Y eso es gravísimo porque es justo lo contrario de lo que se supone explica la ley. Tienen que entender que no hay contrato porque no hay ley que justifique que tú tengas relaciones sexuales con alguien que no quiere o no desea tenerlas contigo. Para eso es que ni siquiera haría falta una ley, haría falta sentido común, empatía y por supuesto humanidad.

–Sin embargo, la importante cantidad de violadores y agresores sexuales que se han visto beneficiados por su aplicación, digamos que le hace un flaco favor.

–Yo no tengo especialmente estudios jurídicos como para poder opinar sobre las sentencias, pero mi opinión sí que es que todo el marco legislativo que creó, toda la penalidad si quieres, todos los cambios que hubo en las causas y los tipos de penas y demás, para mí se comió a otra gran parte de la ley, que me parece muchísimo más interesante que tiene que ver con, por ejemplo, una educación sexual integral a lo largo de todo el período escolar. De hecho, de esto no se ha hablado, no sabemos si se va a aplicar, tampoco sabemos cómo se aplicar ni con qué recursos se va a implantar, y el debate público al final se centra solamente en el castigo, en la penalización, en el delito y no en la prevención, que es donde yo creo que tenemos que poner todos los esfuerzos posibles.

–Los hombres y las mujeres estamos condenados a entendernos, ¿no le parece?

–Por supuesto. No solamente estamos condenados a entendernos hombres y mujeres, sino las mujeres entre nosotras y los hombres entre vosotros. Yo no paro de insistir en que esto no es una guerra de sexos porque si lo fuera sería muchísimo más fácil: sería el 51% contra el 50%. La realidad es que hay muchísimas mujeres con concepciones machistas y muchos hombres que están a favor de la igualdad, no solamente ahora, sino a lo largo de toda la historia. Yo creo que nos entendemos muchísimo mejor de lo que parece. Son las ideas machistas las que nos separan. Es “La que se avecina” con ese discurso de que los hombres sólo quieren sexo. Entonces, nosotras creemos que los hombres sólo quieren eso de nosotras y ellos también se acaban creyendo que lo único que puede aportar una mujer es sexo.

–Como feminista y activista por la igualdad, ¿tiene claro que se trata de una carrera de fondo?

–Somos una sociedad, en general, democrática y una sociedad democrática tiene que contar con toda la población, incluidas las mujeres que somos la mitad. Estamos en ello. Hemos llegado a una igualdad formal, pero siguen existiendo prejuicios y estereotipos que nos dicen que hay que seguir trabajando.

–¿Hay un rebrote de machismo entre la juventud actual?

–Los últimos estudios dicen que hay un retroceso en algunos discursos, y yo creo que tendríamos que haber hecho mejor pedagogía.

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