El día que una bala atravesó mi salón

El disparo de un cazador en una batida de jabalí impacta en una casa de Lagartóns

El cristal de la ventana atravesado por el disparo.

El cristal de la ventana atravesado por el disparo. / BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Alejandro Pereiras, acompañado de su mujer y su hijo, acudieron este domingo a una comida familiar ofrecida por su suegro. Quizás eso evitó lo que pudo ser una terrible tragedia. Generalmente, este vecino estradense y su familia pasan los fines de semana en su casa de Lagartóns, disfrutando del campo y de las tardes de sofá y manta delante de la chimenea en el salón de la vivienda. Ese mismo salón que este domingo fue atravesado por una bala de caza. De ventana a ventana, el proyectil cruzó la estancia a una altura de apenas 75 centímetros del suelo, planeando por encima del sofá donde perfectamente podrían haber estado sentados.

La trayectoria de la bala puede adivinarse por los huecos que dejó a su entrada y salida en las ventanas. Daños que ayudarán a esclarecer si lo acontecido se debió a un accidente o a una negligencia, mientras una cuadrilla de caza perseguía a un jabalí por los montes de esta parroquia. Pereiras relata lo que sintió cuando llegó a casa y vio lo acontecido: “Me quedé en shock y todavía lo estoy. No paro de pensar en qué habría pasado si llegamos a estar en casa y esa bala alcanzase a mi mujer o a mi hijo. A mí me desgraciarían la vida”, confiesa.

Los agujeros dibujan la trayectoria de la bala.   | //BERNABÉ/ JAVIER LALÍN

Los agujeros dibujan la trayectoria de la bala. / BERNABÉ/ JAVIER LALÍN

Al enterarse de lo acontecido, los vecinos le aseguraron que habían visto a los cazadores demasiado próximos a la vivienda: “Me dijeron que estaban persiguiendo al jabalí en mi propia finca y que les llamaron la atención varias veces para que se alejasen”, señala. Que los cazadores se aproximen demasiado a los núcleos de casas no es una novedad, pues Pereiras declara que “ocurre con mucha frecuencia”. Aunque esta era la primera vez que los disparos se producían tan cerca: “Los vecinos me dijeron que tuvieron que meterse en casa por el miedo que sentían”.

Denuncia

Miedo es lo que él siente ahora. Una especie de estrés postraumático que hace que no se sienta seguro en su propio hogar. Por ello, y para prevenir que algo así vuelva a sucederle a él o a otra persona, el estradense ha decidido denunciar. “Ya no es por los daños materiales, que obviamente me tienen que pagar, sino por la ansiedad que esto me ha generado y porque necesitan llevar un escarmiento” señala.

El resto de vecinos de la parroquia ya le ha brindado su ayuda para testificar en caso de que sea necesario. Ahora Alejandro simplemente lamenta tener que llegar a este punto y, aunque ya ha hablado con el presunto responsable del disparo y agradece que este se haya disculpado, no piensa parar: “El cazador vino y se disculpó, algo que agradezco, pero tengo que denunciar igual, porque esto pudo acabar en una tragedia”, sentencia.

[object Object]

Los montes de Lagartóns pertenecen a la Sociedad de Caza y Pesca Río Ulla, por lo que la cuadrilla que perseguía al jabalí este domingo la formaban sus socios. Sin embargo, el presidente, Manuel Sanmartín, asegura no estar al tanto de lo acontecido más que por las redes sociales. Afirma que si la bala era de rifle es posible que el accidente se produjese manteniendo la distancia correspondiente. “Esas balas pueden alcanzar los 1.000 metros campo a través” dice. Con todo, el presidente de la sociedad cinegética declara que si se comprueba que lo acontecido se debió a una negligencia por no guardar las distancias: “Tomaremos medidas internas, somos muy estrictos con eso”, anuncia. “Si no fue un accidente, desde luego no está bien”, apostilla.

Suscríbete para seguir leyendo