Los concellos de las comarcas reciben 349 personas más al año de las que se marchan

Cuatro de cada diez nuevos vecinos proceden del extranjero y la mitad se asientan en Lalín | Dozón y Forcarei son los únicos que registran un balance migratorio negativo

Oficina del padrón del Concello de Lalín.

Oficina del padrón del Concello de Lalín. / BERNABE/JAVIER LALIN

Casi 2.000 personas recalaron el pasado año en las comarcas y cuatro de cada diez lo hicieron desde otra comunidad autónoma española o desde el extranjero. Fueron, exactamente, 1.936 ciudadanos, dato que compensó claramente al flujo de 1.587 personas que dejaron Deza y Tabeirós-Montes; es decir, el saldo positivo es de 349. Todos los ayuntamientos del área reciben a más gente de la que se va a excepción de Dozón y Forcarei, mientras que Rodeiro podemos decir que está en una situación de empate.

En el análisis que el Instituto Galego de Estatística (INE) realiza sobre los movimientos migratorios toma como referencia más variables que los casos de extranjeros que se empadronan en las comarcas o aquellos individuos que deciden irse a otro país. Así, dentro de los casos de inmigraciones se desglosan dos grandes grupos: los que se mueven en distintos municipios pero dentro de Galicia, los que cambian de residencia a otras comunidades autónomas españolas y, finalmente, los que vienen de fuera de España.

En primer lugar vamos a detallar los fenómenos de inmigración y emigración por tipos entre los ocho municipios de las comarcas. Pero en primer lugar conviene indicar que de las 1.936 personas que se empadronaron en el área, el 20% vino de otra comunidad autónoma y casi el 39% lo hicieron procedentes del extranjero. Lalín es el ayuntamiento más acogedor y en un año recibió 684 nuevos vecinos, la mitad de otros concellos gallegos. De otras regiones llegaron 141 y 223, de fuera de España. Una vez más se constata que la capital dezana es uno de los territorios gallegos en términos porcentuales que más foráneos recibe, pues los 223 suponen más de la mitad de todos los casos de las comarcas. Frente a los 684 que vienen, otros 519 se fueron, 82 de ellos al extranjero.

A partir de ahí la balanza de nuevos empadronados y bajas en los censos municipales están mucho más ajustadas, a excepción de Silleda que, como Lalín, destaca como un ayuntamiento acogedor. A Trasdeza llegaron 374 personas y 261 abandonaron esta localidad. De los que se asentaron aquí, 69 vinieron de fuera de Galicia y 61, del extranjero.

En Vila de Cruces se asentaron 35 ciudadanos más de los que se fueron o, lo que es lo mismo, los 136 que causaron baja, son menos que los 171 que se empadronaron, 23 de ellos procedentes de fuera de España, mientras que desde este municipio emigraron al extranjero tres personas. Rodeiro muestra un saldo positivo de un individuo, una vez que Camba recibió durante el pasado curso a 81 personas, pero 80 se fueron. Son 18 extranjeros, uno menos de los que causaron baja en el censo municipal para irse fuera de España. Agolada, con menos población que Vila de Cruces, calca los resultados de los movimientos migratorios de su concello vecino. El territorio agoladés fue elegido por 91 personas para vivir (18 llegados de fuera de España) y los que se fueron de este municipio suman 35, la mitad a otros países.

En Dozón se asentó una veintena de individuos (uno procedente del extranjero) y hasta 31 se borraron del padrón municipal, dos de ellos para irse fuera de España.

Por último, vamos a echar un vistazo a la evolución de entradas y salidas registradas en A Estrada y en Forcarei. La capital de Tabeirós es, tras Lalín, el ayuntamiento que más nuevos habitantes contabilizó, llegando a 432, de los que 96 vinieron de fuera de Galicia, pero dentro de España, y 68 llegaron del extranjero. Otros 410 se marcharon y 33 optaron por asentarse fuera de las fronteras españolas. Forcarei es el que muestra peores números en un balance que se cerró con 83 nuevos asentamientos (17 del extranjero) y 84 salidas, una docena de ellas para fuera de los límites fronterizos españoles.

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