El banco más bonito de A Estrada

Dominando desde las alturas los acantilados de Pina sobre el río Liñares se esconde un lugar desde el que disfrutar de una de las mejores vistas del municipio

Uno de los bancos mira hacia el este, viendo las montañas y la salida del sol. El otro, hacia el oeste.   | // L.D.

Uno de los bancos mira hacia el este, viendo las montañas y la salida del sol. El otro, hacia el oeste. | // L.D. / Lois Docampo

Dicen los que saben que Galicia tiene “el banco más bonito del mundo”. Esa es la etiqueta que desde hace años acompaña al banco ubicado en el Cabo de Loiba, en un lugar que ofrece impresionantes vistas del Cabo Ortegal hasta el Cabo de Estaca de Bares, además de la inmensidad del océano Atlántico. Desde que el banco de Loiba se hizo famoso a nivel mundial, otros muchos fueron surgiendo por toda Galicia, explotando la belleza del paisaje, especialmente en lugares de la costa.

Montañas hasta el infinito

Lo que muchos no saben es que A Estrada también cuenta con su propio banco más bonito. Desde él no se puede ver el mar, pero sí los acantilados de Pina sobre el río Liñares y al mismo tiempo las montañas que se extienden hasta el infinito. Este banco, escondido para la mayor parte de los estradenses a pesar de estar a solo unos cinco kilómetros de la villa, tiene una peculiar historia tras de sí y al mismo tiempo un mensaje reivindicativo en favor de una de las zonas más bellas del municipio, que aguarda desde hace muchos años por una prometida puesta en valor.

El paso del río Liñares entre las parroquias de Aguións, Barbude y Paradela es un lugar de paseo para muchos vecinos de A Estrada. En su margen sur se esconde la fábrica de la luz y el acceso al viejo acueducto, mientras que por el lado de Barbude y Paradela discurre un camino elevado sobre el río Liñares. La belleza de la zona y las vistas llevaron incluso al Concello de A Estrada a crear la conocida como Ruta das Eléctricas, que parte del pueblo para llegar a la zona por un margen del río y regresar por el otro.

Dos bancos mejor que uno

En estos paseos a orillas del Liñares ha surgido en los últimos días una silueta nueva. Justo en el punto más alto de los acantilados y sobre una elevación final rocosa se percibe ahora un banco que domina la zona. Llegar hasta el punto en cuestión es más fácil de lo esperado desde Aldea Grande (Aguións). Es una vez allí, donde comienzan las sorpresas, ya que en realidad no hay un banco, sino dos. Uno de ellos mira hacia el este, donde en ese momento sale el sol entre montañas. El otro, al oeste, perfecto la puesta de sol. A nuestros pies, una caída de unos 50 metros con final en el río Liñares. En todos los sentidos, una bella vista para disfrutar con pausa.

Pero, ¿de dónde salieron estos bancos y por qué nadie los había dado a conocer? Ambos están muy nuevos y se aprecia que su instalación es reciente, por lo que la primera hipótesis es que el Concello ha comenzado a llevar a cabo su proyecto para poner en valor esta zona. Se trata de una iniciativa que los vecinos de estas parroquias ya reclamaron en varias ocasiones en los últimos años. Esta propuesta fue bien vista por el gobierno local, aunque esas buenas intenciones nunca llegaron a fructificar más allá de la citada Ruta das Eléctricas. Indagando sobre esta opción descubrimos que el Concello no tuvo nada que ver con los bancos, así que la búsqueda se centra ahora en los vecinos.

Jesús Marque es el responsable

Tardamos poco en descubrir quién es el propietario de estos terrenos, ya que se trata de un hombre de sobra conocido, especialmente en el mundo del deporte. Se trata de Jesús Marque, un estradense que lleva más de veinte años siendo el jefe de los servicios médicos de equipos como el Compostela, el Santiago Futsal, el Boiro o el CAB Obradoiro. El médico natural de Aguións es quien finalmente nos desvela el secreto de los bancos más bonitos de A Estrada. Él fue quien los colocó y lo hizo para poder sentarse y disfrutar de las vistas.

Marque nos explica que estos bancos se encuentran en una propiedad privada pero eso no impide que en las primeras semanas muchos vecinos se acercasen al lugar, aunque la mayor parte lo hacen por casualidad. El motivo es que la Ruta das Eléctricas pasa a poca distancia de la zona donde se encuentran los bancos. Al llegar a un punto, la ruta se bifurca sin que exista ningún tipo de indicador. El camino correcto es hacia la izquierda, aunque solo la lógica de ser cuesta abajo hacia el río y la fábrica de la luz te lo indican. Muchos sin embargo cogen equivocados hacia la derecha, un fallo que los termina llevando directamente a los bancos.

El médico reconoce ahora que no sabe qué hacer con los bancos, ya que en solo unas semanas ya aparecieron pintadas y desperfectos, por lo que tuvo que arreglarlos. Mientras Marque analiza sus opciones, otros vecinos reclaman que esta zona, situada muy cerca del casco urbano, se convierta en uno de los objetivos a cuidar a nivel turístico y social.

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