Sorpasso demográfico: Lalín totaliza 20.201 vecinos y supera por primera vez a A Estrada

La gráfica poblacional mostrada por A Estrada en los últimos años hacía presagiar que la capital de Tabeirós compartiría con la dezana el severo riesgo de borrarse del listado de 23 municipios gallegos de primera categoría. Esta tendencia acaba de ser confirmada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ayer difundía los datos del padrón de habitantes a 1 de enero de este año, situando a A Estrada ya por debajo de Lalín y, en consecuencia, perdiendo el simbólico título de concello más poblado de las comarcas.

Los números oficiales indican que A Estrada cedió en el último año 155 vecinos, manteniendo un total de 20.106, mientras que Lalín, que no crece, pero sí aguanta, se sitúa con 20.201 habitantes después de sumar dos a su padrón. Esta situación no se recuerda desde que, al menos, existen registros oficiales. Si un año antes la cabecera comarcal de Tabeirós superaba a la dezana por 62 empadronados, ahora en esta última viven 95 más. Como decíamos, la distancia demográfica entre A Estrada y Lalín siempre fue más o menos destacada, hasta que en 2016 se redujo a menos de un millar de almas.

Más de 27.000 estradenses hace cuatro décadas

Entre 2008 y 2011 los padrones municipales de ambos ayuntamientos también fueron bastante parejos, pero siempre con el de A Estrada con entre 600 y 700 habitantes más. Y si nos retrotraemos, por ejemplo, a al año 1986, en la localidad de Tabeirós había casi 26.000 vecinos, por 20.193 en la dezana. La distancia entre ambas era incluso mucho mayor hace 40 años, cuando A Estrada contabilizaba 27.322 residentes y Lalín tenía exactamente 18.938.

Silleda, el tercer concello del área con más vecinos, logró sumar una quincena en el último año, situándose con 8.860. Revierte así la tendencia de 2021, cuando había cedido 16 vecinos. En este análisis llama poderosamente la atención lo acontecido en Agolada, uno de los territorios menos habitados de las comarcas y, en consecuencia, a los que también más le cuesta aguantar la presión demográfica. No solo aguanta sino que gana 24 habitantes [el año anterior había perdido 76] y llega a 2.252. Rodeiro, con un censo, históricamente semejante al de este último municipio, cede 44 vecinos y mantiene 2.317. Otro concello que lleva años en una espiral de sangría poblacional es Vila de Cruces. Si en 2021 su censo se recortó en 111 personas, ahora son 34 más y se queda a 63 de caer por debajo del umbral de los 5.000 vecinos. Algo semejante le ocurre a Dozón que, después de perder 29 empadronados, está en 1.028.

Forcarei es, junto a Dozón, el municipio que experimenta un mayor retroceso poblacional en términos porcentuales. Cede un 2,3% de sus habitantes y conserva solo 3.194. Por último, Cerdedo-Cotobade había sido en el anterior balance anual el único municipio de las comarcas que ganaba vecinos –22 en concreto–, exactamente los mismos que pierde ahora y su padrón regresa los números del año 2020, con 5.697 residentes.

Pérdida de un 8% de población en la última década

La crisis demográfica es un problema del que no escapan, salvo contadas excepciones, ni las urbes más pobladas. La tendencia experimentada en Galicia de concentración de habitantes en la franja atlántico-cantábrica, al abrigo de grandes y medianas ciudades, complica mucho la subsistencia de entidades territoriales del interior como Deza y Tabeirós-Montes.

La fusión no es una receta mágica

Tampoco la fusión de municipios semeja la receta mágica, pues antes de la integración de Cerdedo con Cotobade, en 2016, los dos entes municipales sumaban más vecinos que ahora. Las campañas para fijar población se ciñen a los municipios más poblados de las comarcas y en los últimos años son habituales, no tanto en los de menor tamaño que parecen haber bajado los brazos y resignarse a que el oasis demográfico es un fenómeno imparable e irremediable. Además, deben competir contra territorios que ofrecen más servicios a los ciudadanos, con un rural todavía estigmatizado como un lugar con pocas oportunidades. En la última década las comarcas perdieron exactamente 5.795 habitantes, precisamente tantos como el censo actual del concello fusionado. Un saldo vegetativo negativo tampoco ayuda demasiado a sortear este riesgo. En 2012 los nueve municipios contabilizaban 74.513 habitantes y el último dato oficial indica que solo son 68.718.

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