Hace justo un par de años, en el pleno del 27 de junio de 2020, el alcalde, José Crespo, anunció a la corporación su intención de retomar la cesión al Concello, por parte de la Diputación de la casa de los caseros y el antiguo laboratorio de la Finca Mouriscade (el nuevo quedó inaugurado en 2015). Ya en septiembre de 2019 había abordado la cuestión con la presidenta, Carmela Silva. Y ahora los proyectos de Lalín van tomando forma: la Diputación considera que no es necesaria la licencia municipal para la segregación de las parcelas en suelo rústico que se le van a ceder al Concello para el proyecto de puesta en valor del Espazo Mouriscade.
Pero, ¿qué es el Espazo Mouriscade? Pues un proyecto que remitió Lalín a la administración provincial en marzo del año pasado, en el que solicita la cesión del pleno dominio para ejecutar dos iniciativas: por un lado, la ampliación de las actuales instalaciones de las áreas recreativas y de ocio donde se encuentran tanto el albergue juvenil Vicente Agulló como el club hípico Juan Oliveira y el centro ocupacional Aspadeza. El otro eje que vertebra este proyecto es la puesta en valor de un centro dedicado al mundo rural en varias instalaciones en desudo de Mouriscade: además de la citada casona y el viejo laboratorio, ese centro incluiría edificaciones y dotaciones auxiliares como el horno, el hórreo, la antigua granja de perdices, que lleva años en desuso, o la era. Está solicitado además un prado entre el club hípico y el río.
Este Centro Expositivo y Centro Agroturístico albergará además diversos eventos de interés social. La citada licencia municipal para la segregación de las parcelas no es necesaria, precisamente, porque los usos y servicios que contempla Espazo Mouriscade satisfarán necesidades de los ciudadanos, al ampliar el equipamiento social y educativo y al mismo tiempo poner en marcha un espacio museístico con actividades.
Posada
No es el primer proyecto que esboza Lalín para dar vida a las instalaciones en desuso de Mouriscade. Si volvemos una vez más a la hemeroteca, resulta que en 2014 y cuando ocupaba la vicepresidencia de la Diputación, José Crespo apostaba por convertir tanto la casona como el laboratorio en un alojamiento rural, integrado en la red de Pousadas de la Diputación. La obra podría acometerse, por entonces, con fondos europeos Feder. En esa red de posadas figuraban por entonces cuatro: en A Lanzada, Armenteira, Ribadumia (que aún abre este año) y Meaño. La idea no llegó a materializarse ya que el PP perdió la Diputación tras las elecciones municipales de 2015. Como decimos, ahora sí está más cerca la posibilidad de revivir estas instalaciones. Meses atrás el alcalde indicaba que la cesión de la casona estaba pendiente de un informe del ADIF, puesto que una antigua vía del tren discurría por la finca. Por lo que concierne a los terrenos donde se asientan las instalaciones del albergue, el club hípico y Aspadeza, ya fueron cedidos al Concello en febrero de 2003, por un periodo de 30 años.
El complejo, además, está pegado a un área recreativa que fue cedida al Concello en abril de 2015. Sus más de 21.000 metros cuadrados se sometieron a una profunda puesta a punto durante el gobierno de integración, con Rafael Cuiña en la Alcaldía y Francisco Vilariño al frente de Turismo. Además de recuperar el molino, un alpendre y el merendero, se adecentaron bancos de piedra, puentes de madera y varios senderos peatonales.
