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Silleda impone decenas de multas en los primeros días de la zona azul en Progreso

La falta del disco y el estacionamiento indebido son los principales motivos de sanción | El sistema de aparcamiento rotatorio a menudo deja la calle con muchas plazas libres

Vista del tramo final de la calle Progreso, ayer por la tarde, sin coches aparcados. Bernabé/Javier Lalín

Ocho multas impuso la Policía Local de Silleda ayer a otros tantos vehículos estacionados en la Rúa do Progreso por no tener visible el disco horario de la zona azul. Esta nueva modalidad de sanciones se suman a las que ya se venían dando por aparcamientos indebidos desde que se instaló la nueva señalización en la calle; de hecho, el mismo día de su inauguración, el sábado, se cursaron quince expedientes por otros motivos, por ejemplo, ocupar zonas prohibidas o exceder las plazas delimitadas.

Detalle de un disco colocado en un vehículo estacionado. Bernabé/Javier Lalín

Las multas por mal aparcamiento se consideran faltas graves y su cuantía es de 200 euros, que queda en la mitad si se abona en el plazo rápido (20 días naturales desde la notificación). La ausencia del disco que limita a hora y media el estacionamiento en la zona azul supone una falta leve y se le aplica la sanción económica mínima, que es de 80 euros, 40 por pronto pago. Concello de Silleda y comercios han dispensado ya cientos de discos, pero en caso de no disponer de ellos se pueden utilizar los de otros concellos con las mismas franjas horarias, como los de Lalín.

El sistema de aparcamiento por tiempo limitado favorece la rotación y a menudo deja Progreso con muchas plazas vacías, una imagen que pocas veces se veía antes de la humanización de la vía. Residentes y propietarios o empleados de los negocios que hay en la propia calle tienen que buscar ahora alternativas para dejar sus vehículos durante el horario laboral entre semana y las mañanas de los sábados.

Iluminación escasa

Por otro lado, el alumbrado público de Progreso vuelve a estar en el punto de mira. La queja, común a otras vías del pueblo, no se ha apagado con la humanización. Las nuevas farolas iluminan perfectamente el carril central, por donde circulan los vehículos, pero, curiosamente, no cubren bien todo el ancho de las aceras, a pesar de tratarse de una calle pensada para los peatones y que durante buena parte del otoño y del invierno se hace pronto de noche.

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