“Quedamos con ganas de más. Se nos ha hecho corto”. Gebre García Rodríguez es uno de los cuatro estudiantes del IES Laxeiro que entre el 10 y el 15 de mayo participaron en la segunda movilidad del programa Erasmus + 21th Century Skills trough Outdoor Traditional Games. Es una iniciativa que rematará en mayo del año que viene y que, a través de los juegos tradicionales, pretende inculcar en los participantes cuatro destrezas: la comunicación, el sentido crítico, la colaboración y la creatividad.

Gebre García y sus compañeros Sabela Ferradás Rodríguez, Ana Jar Vázquez y Marcos Lamas Areán hicieron ayer balance de esta estancia, junto a la coordinadora del programa, Mar García, y los dos docentes que les acompañaron, Rosa Fernández y Xurxo Feixoo.

Antes del encuentro en Creta ya hubo otro en Torres Vedras, cerca de Lisboa, y con alumnos distintos a los que viajaron a Creta. Debido al COVID, en las dos ocasiones los visitantes tuvieron que alojarse en hoteles, pero es previsible que el año que viene, cuando se celebre el último encuentro en el Laxeiro (en mayo) los alumnos ya puedan ser alojados en viviendas. Antes habrá tres reuniones más: este año en Polonia y Turquía y, ya el que viene, en Italia.

Boda típica

Para llegar a Creta, la comitiva lalinense tuvo que desplazarse a Oporto en coche, allí tomar un avión a Munich y desde la ciudad alemana desplazarse primero a Atenas y finalmente llegar a la isla. Allí contaban con un grupo de estudiantes nativos que hicieron las veces de tutores, para que todos los visitantes se sintiesen integrados desde el primer momento. Esos alumnos griegos van a ser los mismos que vengan al encuentro en Lalín, así que desde que se conocieron, unos y otros siguen en contacto a través de whats app y las redes sociales. Esas redes se extienden, como no podía ser de otra forma, a los estudiantes de los otros tres países que también estuvieron en Creta.

"Nos sorprendió la humanidad de la gente. Desde el primer momento éramos de allí"

El proyecto, como decíamos, usa el eje de los juegos tradicionales de cada país participante como nexo de las actividades. Ya en el momento de su llegada, los lalinenses fueron recibidos con una fiesta centrada en las danzas tradicionales de la isla. La música, ese lenguaje universal, también les animó a probar sus destrezas con las danzas del país durante una visita a una taberna de montaña y un encuentro con los platos típicos de una boda cretense. La cena de despedida, como recordó Xurxo Feixoo, también tuvo un grupo de baile tradicional.

Visitas

Hubo tiempo para conocer además parte de la tremenda historia arquitectónica que atesora Grecia. Sabela Ferradás y Marcos Lamas explican que a estas actividades en la localidad cretense de Chania se sumaron excursiones a la Acrópolis, así como a distintas montañas y playas del país. Durante el viaje también hubo una oportunidad para hacer parada en la ciudad alemana de Frankfurt y todos sus encantos, además del edificio de la Bolsa.

Al preguntarles qué fue lo que más le sorprendió durante su estancia en la isla griega, estos cuatro jóvenes lo tienen muy claro. “La humanidad de la gente. Desde el primer momento éramos de allí”, explica Ana Jar. Así que está claro que la destreza de la colaboración está más que aprobada en este proyecto, al margen de la que pueda haber a través de los juegos tradicional. Y también la de la comunicación: si había problemas para entenderse en inglés, los estudiantes italianos y los portugueses lo hacían más fácil.

Cierre el año que viene en Lalín

De cara a la última movilidad del Erasmus+, que tendrá como sede de operaciones el IES Laxeiro, la organización adelanta que trabajará en juegos tradicionales de exterior, pero que también habrá debates y trabajos en equipo para todos los participantes. Días atrás, el artesano Luchi visitó este centro educativo para coordinar unas jornadas con alumnos de segundo de ESO, centradas en juegos tradicionales. Y en este encuentro del año que viene no puede faltar alguna que otra excursión por el entorno de Lalín y de la comarca, para que estos visitantes se lleven tan buena impresión de estas tierras que se queden con ganas de volver. Como les ocurre a los cuatro jóvenes que han ido a Creta.