El anuncio que hizo Unión Fenosa Distribución en mayo del año pasado para soterrar la LAT O Irixo-Lalín y evitar la afección a Casas Vellas está a punto de materializarse. Ayer el DOG publicó la exposición pública de las solicitudes de autorización administrativa previa y de construcción del proyecto de modificado de dicha LAT, así como su estudio de impacto ambiental. Hay 30 días de plazo, a contar desde hoy, para presentar alegaciones.

Este modificado afecta a 36 parcelas: una en O Irixo, 24 en Dozón y 11 en Lalín. Pero queda a un kilómetro de Casas Vellas (mientras que la otra alternativa de construcción pretendía un tramo aéreo por este paraje entre los apoyos 54 y 55), de paso que evita el tramo aéreo sobre el castro de Catasós y salva los cruzamientos con los riachuelos de Quintela, Murazón y un tercero sin nombre, porque se realizará una perforación horizontal que no les afecta.

Cuatro kilómetros de obras

Este modificado cuenta con dos tramos. El primero tendrá una variante aérea entre los apoyos 36-39N, y abarcará 1.356 metros de longitud (16 más que el anterior proyecto). Este nuevo trazado precisa de dos nuevos vértices o apoyos, el 37N y 38N, que a su vez cambia su posición en 90 metros respecto al apoyo actual 38. El tramo 2, por su parte, contará con una variante aérea entre los apoyos 49N y 50N, de casi 226 metros de longitud, e implica eliminar el anterior trazado de 3,3 kilómetros entre los apoyos 49 y 58N. ¿Por qué? Porque con esta nueva propuesta desde el apoyo 50-N arranca ya ese soterramiento hasta la subestación eléctrica de Lalín, con 4 kilómetros de longitud, (4.078 metros, para ser exactos) primero por un camino de tierra hasta llegar a la carretera N-525 y, ya en el vial, por su margen izquierdo.

Como recogen el proyecto de ejecución y el estudio de impacto ambiental, el presupuesto general de la LAT de 132 kV O Irixo-Lalín es de 4.517.881 euros. De esta cifra 3.188.142 son del modificado por la variante para salvar el castro de Catasós. A ella se restan 1.287.382 euro de los tramos a modificar, y se le suman los 2.617.120 de la variante proyectada, obteniendo esos 4,5 millones totales.

Más de 26.000 clientes

En base a las distancias a bienes etnográficos y de arquitectura civil o religiosa, este nuevo trazado puede afectarles de forma más o menos severa. Así, no afectará a la aldea de Zudreiro (Dozón), o al molino de la Fraga de Quiroga, en Lalín, por quedar a más de 100 metros de distancia. Pero sí hay bienes con afección severa por su cercanía, aunque se trate ya del tramo subterráneo: una casa de 1914 en Covás (Catasós) queda a 7 metros a la derecha de la línea, y el conjunto tradicional de la aldea a 5, mientras que un hórreo en Cabreira se sitúa a 14 metros. También son los únicos impactos catalogados como severos en la zona dezana, del medio centenar que analiza la Evaluación de Impacto Cultural. La necrópolis de Alto de Vales queda a 68 metros, con un impacto moderado.

El desarrollo de esta LAT evitará caídas de tensión. Actualmente, las subestaciones de Saceda, Carballiño y PE Irixo se encuentran en una antena de 132 kV de 34,61 km alimentada desde San Ciprián. A su vez, la subestación eléctrica de Lalín está alimentada por una única línea eléctrica de 66 kV de circuito simple de 30,34 km desde la subestación de Chantada. Estas dos antenas alimentan en total a 37.187 suministros con una demanda total de 51 MVA (megavoltamperios). El fallo de la antena de 132 kV de San Ciprián provoca una pérdida de mercado de hasta 19 MVA que afectaría a 14.000 clientes, y la de 66 kV de Lalín de hasta 17 MVA que afectaría a 12.300 clientes.