Vecinos de la Avenida de Montserrat, en la parroquia lalinense de Donramiro, llevan meses a la espera de poder disponer de fibra óptica en sus viviendas y negocios. “Siempre me dicen que en quince días nos la conectarán, pero nada”, afirma José González Otero, que exigirá a la empresa instaladora que retire los cuadros que pusieron en su edificio “si no van a servir para nada”.

Este vecino se hace eco de las quejas de otros particulares y empresarios con propiedades situadas en el tramo que va desde el campo de fútbol de Lalín hasta la Avenida de Bos Aires. Relata que pusieron la instalación “hará un año y medio” y que “hace tres meses remataron de colocar los terminales en los edificios, pero no los conectaron y no tenemos servicio”. “¿Para qué pusieron la línea si no nos dan servicio de fibra óptica?”, se pregunta este emigrante retornado que mantiene una compañía en Venezuela con la que apenas puede comunicarse por esta carencia de la tecnología adecuada.