Si ya para poner la lavadora, la secadora o pasar varias horas con la plancha –tratando de restar arrugas a la ropa acumulada en días en los que el trabajo aprieta– se había vuelto tarea nocturna para que no se dispare el recibo con las nuevas tarifas eléctricas, para algunos trabajadores de las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes llega el más difícil todavía. La Confederación Intersindical Galega (CIG) convocó ayer una movilización en A Estrada, coincidiendo con las que se celebraban a la misma hora en muchas villas y ciudades gallegas, bajo el lema Non á estafa da luz. Recuperación das centrais hidroeléctricas. Tarifa eléctrica galega. En el marco de esta movilización, la organización sindical puso de manifiesto que empresas de la zona están variando sus horarios, convocando a los trabajadores a diferentes turnos nocturnos para tratar de esquivar las franjas horarias en las que la electricidad tiene un precio más elevado.

El secretario comarcal de la CIG para Deza y Tabeirós, Antón Álvarez Merayo, indicó que, desde el punto de vista laboral, el efecto de este incremento de la luz se está percibiendo en que ciertas empresas que, por su actividad, tienen un consumo eléctrico muy importante por el empleo de maquinaria pesada, “están “modificando sus horarios para adecuar su producción al precio bajo de la electricidad, algo que redunda en la situación precaria de los trabajadores”, expuso. En este sentido, indicó que en algunos de estos casos se trata de trabajadores que tenían un horario establecido desde hacía muchos años y que se ven abocados a “jornadas que empiezan a las doce de la noche hasta las seis de la mañana, desde las dos de la mañana hasta las ocho, etcétera”. Ello complica, además de su vida habitual, sus posibilidades de conciliacion familiar y laboral.

Avalados

En este punto, el representante de la CIG aclaró que, en el caso de que una empresa quiera variar su horario, tiene que someterlo a una negociación con sus trabajadores. Para ello está la negociación colectiva. Sin embargo, en este caso, aun cuando sigue teniendo la obligación de realizar esta negociación, “si no hubiese acuerdo, a nivel legal estarían respaldados por ese precio de la luz”, asumió Álvarez Merayo.

Otro punto que, en clave local, tocó el sindicalista fue la existencia de “un grupo muy importante de población trabajadora que está e una situación económica que se aproxima a la barrera de la pobreza y a la que esto les está afectando”. “Somos conscientes de que hay un incremento”, indicó, para luego reconocer que asociaciones de carácter benéfico testimonian que han visto incrementarse sus peticiones de ayuda “un 50%”.

¿Verde?

El tercer aspecto que quiso desgranar Álvarez Merayo, al margen del manifiesto que se leyó en la Praza do Mercado de A Estrada a la vez que en una veintena de localidades gallegas, se vinculó a la proliferación de parques eólicos en la zona. “Obviamente, estamos a favor de las energías verdes, pero para serlo tienen que verter beneficio en la comunidad; si aquí lo que hacemos es expropiar monte común, expropiar rural, si nos cargamos cualquier tipo de producción directa para darle beneficio a una macroempresa que no mira en ningún caso por el bienestar de la población... me da igual que lo pintes de verde: de esa manera no; la sobrexplotación o robarle al pueblo lo que es suyo, no”, defendió.

En este contexto, durante la concentración se demandó una tarifa eléctrica gallega, en la medida en que Galicia es una comunidad productora y excedentaria de energía eléctrica. Este sindicato condenó el “imparable aumento del precio de la luz, ante la impunidad con la que actúan las eléctricas y ante el nulo papel que tanto el gobierno gallego como el español están teniendo para frenar la subida de la factura y para garantizar , con políticas públicas, el acceso a la electricidad por el conjunto de la población en condiciones asumibles”.

Incide la CIG en que existen mecanismos legales, en que “es posible, si hay voluntad política, garantizar precios justos de la energía”. “Porque la energía no es un bien de consumo cualquiera, sino que es un bien de primera necesidad; y esto obliga a los poderes públicos a reconocer la energía como un derecho universal de todas las personas al bienestar social y a tomar medidas de intervención en el sector eléctrico”.

“Esta estafa de la luz tiene lugar cuando Galicia se encuentra ante un nuevo proceso de colonización energética a través de los macroparques eólicos que amenazan nuestros montes y tierras”, recalcó este sindicato, denunciando la pobreza energética de mucha gente. Reclama una empresa pública gallega de electricidad, la modificación del sistema tarifario o la implantación de la tarifa eléctrica gallega, una tarifa más baja en Galicia, empezando por una reducción del 30% de los peajes del sistema eléctrico, por ser la comunidad gallega una productora excedentaria de energía.