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La quinta ola: nuevo varapalo para el sector de las verbenas en plena temporada alta

¿Esta noche hay una fiesta?

Las primeras patronales con verbena del verano podrían ser también las últimas: la quinta ola hace que se retraigan las comisiones a fin de evitar que un botellón paralelo genere un brote en su parroquia

Público bailando frente a la orquesta durante las fiestas de San Paio en A Estrada.| //BERNABÉ/J.LALÍN

Comenzó el San Paio, después el San Benito y hoy toma el relevo Santa Margarita. Sin embargo, no parece que muchos más patrones de las distintas parroquias del amplio rural de Tabeirós-Terra de Montes y Deza vayan a ser honrados este año con verbenas. Las primeras fiestas que trataban de retomar cierta normalidad en las celebraciones de verano podrían convertirse también en las últimas, después de que la quinta ola de la pandemia lo aguase todo. Muchas comisiones se echaron para atrás, por miedo a que sus esfuerzos por garantizar la seguridad en las fiestas patronales termine enturbiándose por dar pie a la organización de botellones paralelos que puedan invitar al COVID a la fiesta.

En Matalobos los vecinos quedaron encantados con sus fiestas de San Benito. Las medidas de seguridad estaban meridianamente claras: mascarilla obligatoria, aforo de 300 personas controlado por un profesional, punto de desinfección y guardia de seguridad. Hubo el llamado “carro” de la fiesta, pero fuera del recinto vallado, sin poder acceder a la zona de baile con comida o bebida que exigiese bajar la mascarilla. La pista de baile, amplia, pero los vecinos echaron el resto bailando entre convivientes, de manera que cada casa estaba prácticamente representada por su grupo correspondiente, saliendo de él simplemente para saludar o conversar con los vecinos. De bailar el agarrado con los de fuera, nada de nada.

Hoy será Callobre quien tome la alternativa con sus fiestas en honor a Santa Margarita. El aforo está limitado a 500 personas, porque su campo es más amplio. A las 13.00 habrá misa solemne con sesión vermú a cargo de la Banda de Música Municipal de A Estrada y, por la noche, la verbena arrancará a las 21.00 horas. Media hora por encima de la medianoche, cada mochuelo a su olivo. La parroquia contará hoy con la orquesta Marbella y, mañana, con Satélites, con la jornada matutina amenizada por la Banda Cultural da Estrada.

Con miedo

“Las que se están organizando son las que estaban en la voluntad de las organizaciones antes de esta quinta ola”, apuntó el edil estradense de Festas, Gonzalo Louzao. “Es gente que lleva tiempo trabajando en la organización del programa”, apuntó edil, que reconoce que los rebrotes “metieron miedo” a muchas comisiones y “se echaron para atrás”.

“Esta quinta ola retrajo a un sector cultural como es el de las verbenas porque vino bastante fuerte y ataca a un público que está sin vacunar”, señala Louzao, toda vez que matizó su impresión de que las celebraciones “no iban a ser un problema porque son eventos seguros”. Sin embargo, asumió que existen “eventos paralelos que no se hacen bajo los ojos de la organización” que pueden generar brotes. Reconoció que esta tesitura acarrea una importante presión para agrupaciones de vecinos que únicamente intentan que su tiempo libre sirva para organizar unas fiestas destinadas al disfrute de todos. En este sentido, Louzao reconoció que su departamento apreció que se retrajeron las comisiones, principalmente en cuanto a la organización de verbenas, una cuestión que, al final, viene a dar un nuevo palo a las empresas del sector.

Incidencia del virus

Si en las últimas jornadas Silleda lideraba la incidencia acumulada de COVID-19 en la zona, ahora es también el territorio con más casos activos de la enfermedad: 33, tras sumar cinco el fin de semana. Y todos ellos fueron diagnosticados en los últimos catorce días, lo que dispara su tasa hasta 372 casos por 100.000 habitantes, justo en la víspera de la reunión que el comité clínico celebra todos los martes y en la que se deciden las restricciones que se aplican en los municipios de toda Galicia.

También empeora la situación en Lalín, con 29 enfermos de coronavirus, tres más que el domingo. Además, aumenta su incidencia acumulada hasta 139, tras haberse notificado 28 contagios en catorce jornadas, y la gran mayoría (20) corresponde a la última semana.

A Estrada, en cambio, resta un activo por tercera jornada consecutiva y deja su total en 30. Su incidencia acumulada en 195 casos por cada 100.000 habitantes en las dos últimas semanas, período en el que se detectaron 40 positivos en el municipio, nueve en los últimos tres días.

Vila de Cruces vuelve a ocho casos activos, tras bajar uno, la misma cifra de infectados que mantenía Cerdedo-Cotobade. En Agolada había en los últimos días tres personas enfermas de COVID y otras dos en Rodeiro. Dozón y Forcarei siguen libres del virus.

Jesús Janeiro e Isabel Suárez, en Matalobos.

Jesús Janeiro e Isabel Suárez, en Matalobos. Ana cela/Xan Salgueiro

“No fui a ningún sitio en el que me dijesen que no”

A Jesús Janeiro e Isabel Suárez les ha tocado este año ser los funcionistas en las fiestas de San Benito en Matalobos (A Estrada). La parroquia lo hace así siempre. Cada año un matrimonio asume la organización de estas celebraciones. A esta pareja le tocó en pandemia pero, con la experiencia que tienen como integrantes de la comisión de la Festa dos Callos, sacaron pecho y adelante. No estuvieron solos, y saben reconocer y agradecer la ayuda que tuvieron. En el caso de estas celebraciones, Matalobos no tiene una cuota, sino que cada uno da lo que quiere o lo que puede, de manera que unos bajaron su aportación por la crisis sanitaria y otros, en cambio, arrimaron todavía más el hombro. Si cuadrar un presupuesto en tiempos de normalidad no es tarea sencilla, cuando el contexto es tan cambiante, tratar de hacerlo es como hacer encaje de bolillos.

“Dentro de lo que cabe fue fácil, pero cuando llegué al jueves antes de la fiesta y me dijeron que tenía que contratar a dos guardias de seguridad y a un controlador...”, rememora Janeiro. No obstante, asume que desde el Concello se le ayudó mucho –tanto desde el gobierno como desde la oposición– y se le facilitaron las cosas para que Matalobos pudiese disfrutar de sus fiestas en un clima de seguridad.

“Vino un controlador que tiene formación de la Xunta para esto y que trajo una máquina de desinfectar y de ir registrando los aforos”, explica. El campo de la fiesta de Matalobos se delimitó para 300 personas. El sábado contó con la actuación de María do Ceo y el Trío Premium y, el domingo, con la Banda de Música Municipal de A Estrada para la sesión vermú y con la orquesta Galilea para la verbena nocturna. Desde el minuto uno quisieron que fuese esta formación musical, por ser de A Estrada. Son muy conscientes de que las cosas están difíciles para ellos y quisieron, en la medida de lo posible, echarles una mano. El domingo estuvieron cerca de llegar al aforo permitido.

“Quedé muy contento y muy satisfecho de mi parroquia y del comercio de A Estrada, que conmigo se portó de maravilla”, apunta Jesús Janeiro, antes de añadir: “no fui a ningún sitio en el que me dijesen que no”. Quiso también agradecer la colaboración brindada por el Concello, Diputación y Xacobeo. No se olvidó tampoco de sus hijos, que se implicaron con sus padres a la hora de diseñar una fiesta para toda la parroquia. Al César, lo que es del César.

Tras los sustos que conlleva tener que sumar gastos extra al ser unas fiestas especiales, Jesús no tiene queja y respira tranquilo: “Salimos planchados”, bromea.

José Veiga, con la máquina de desinfección que patentó y usó en A Estrada.

José Veiga, con la máquina de desinfección que patentó y usó en A Estrada. Ana cela/Xan Salgueiro

“Representamos a 5.000 familias y a gallegos que disfrutan las fiestas, psicológicamente necesarias”

José Veiga estuvo en las fiestas de Matalobos y sus servicios fueron contratados para las de Callobre. Es controlador de acceso autorizado y también presidente la Asociación de Empresarios de Servicios de Fiestas de Galicia (Serfega), además de haber diseñado y patentado un sistema de desinfección en su empresa Desingal. Su cometido en eventos como los celebrados en el rural estradense es asegurar que el campo de la fiesta no supere en ningún momento el aforo establecido.

Veiga entiende que en fiestas pequeñas como las de Matalobos este control resulta un tanto “discriminatorio” en la medida en que, subraya, “hay muchas terrazas de 300 personas”. Tampoco ve lógico que no se deje consumir en el recinto, cuando “el ocio nocturno está bebiendo de pie y en el interior de un local”.

Explica José Veiga que se está pidiendo a los asistentes a las verbenas que dejen su nombre y teléfono, algo que considera un error. “En Matalobos estuve yo personalmente llevando los datos y observé que cuando van niños tienes que colocarlos con alguien que los acompaña y, si van solos, les tienes que privar la entrada. Además, con este sistema a mucha gente mayor la privas de ir si no tiene un teléfono. Habría que pedir un DNI, que yo podría corroborarlo, en cambio un teléfono no”, argumenta. También se muestra contrario a que las fiestas se organicen con un sistema de venta anticipada de entrada. “La gente si anota y luego no va”, remarca.

Desinfección automática patentada

Veiga ofrece un sistema de control de aforo que incorpora máquinas de desinfección totalmente automáticas que su empresa patentó a nivel estatal, sin que sea preciso contacto físico con el mecanismo que pulveriza el desinfectante. Él mismo se encarga de la fabricación. Pulverizar. A mayores, se encuentra inmerso en el impulso a una máquina para tomar los datos protegidos “en dos segundos”, sin que el público tenga que escribirlos de su puño y letra. “Con aceptar en un botón las condiciones de la protección de datos, en cuestión de e segundos las persona puede entrar para evitar aglomeraciones”, avanza, sin ofrecer más detalles del diseño por cuestiones de patente.

Sin diálogo con la Xunta y manifestación

Conocedor del sector de las fiestas como es, el presidente de Serfega condena que las autoridades no quieran sentarse con este sector y escucharlo. “Llevamos un año pidiendo una reunión con Vicepresidencia y no nos la dan ni nos contestan, en cambio pueden perder una mañana entera con dos Youtubers en Vigo porque van a hacer el Camino”, lamenta. Subraya a continuación que la asociación que dirige representa a un sector “de más de 5.000 familias y a todos los gallegos que disfrutan de las fiestas, que psicológicamente son necesarias”. El sector se moviliza el día 24, denunciando que no tuvo ayudas específicas por parte de la Xunta a. “Estamos en el olvido. Cuando llegue septiembre y el verano esté perdido sacaremos a la luz todas las trapalladas que se hicieron”, avanzó.

La orquesta estradense Galilea.

“De las 80 actuaciones que teníamos por temporada, este año tenemos contratadas seis”

La orquesta Galilea nació en A Estrada hace 17 años. Desde aquel 2004 su música puso la banda sonora para muchas fiestas del municipio y de distintos puntos de la geografía gallega. Hasta que llegó el COVID y mandó apagar. La agrupación está sufriendo en carnes propias el duro golpe que la pandemia está suponiendo para el sector de las verbenas que, aunque se hayan recuperado fugazmente en el verano de 2020 y regresen ahora, todavía lo hacen con un pulso muy débil para permitir a quienes viven de esto tirar adelante.

“Lo llevamos muy mal. Hemos estado dos años prácticamente parados”, apunta Marcos Rey López, quien no quiso olvidarse ayer de trasladar el “agradecimiento infinito de la orquesta Galilea a la comisión de fiestas de Matalobos, Guimarei y al Concello de A Estrada como organizador del San Paio” por entender la problemática que está viviendo. “Estamos siendo dados de lado por los gobernantes, no tenemos ayudas ni empatía por parte de la Xunta. Estamos viviendo un año Xacobeo que podría amortiguar el golpe que sufrimos generándonos trabajo y ni el Xacobeo ni la Xunta quiere saber nada de las orquestas”, apuntó.

Por el contrario, Rey López observa cómo estas entidades están pescando en al caladero del que viven las orquestas, aportando a concellos y organizaciones de fiestas “artistas subvencionados al 100%”, un golpe de efecto que deja a las orquestas sin armas para poder competir y acceder a la contratación que podrían brindar los organizadores de eventos festivos.

En un año normal, Galilea tenía entre 70 y 80 actuaciones en la temporada alta, que se extiende de mayo a septiembre. “Este año tenemos contratadas seis”, apunta Marcos. El año pasado no hubo ninguna.

De este modo, las dos temporadas de fiestas que coincidieron en pandemia dejarían para esta orquesta un 4% de su contratación habitual. Las cuentas son fáciles de echar y tremendamente negativas, ya que Galilea tiene 16 componentes entre músicos, técnicos o montadores. Cada uno de ellos con su familia detrás. Si las habas están contadas, el reparto es todavía más complicado si se tiene en cuenta que algunas actuaciones de este año todavía están sin cobrar. Y no son ninguna de las de A Estrada.



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