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Expertos reprenden a la Xunta por contemplar eólicos fuera de ADE y piden una moratoria

El Observatorio Eólico de Galicia reclama criterios para aclarar cuándo un parque vertebra el territorio | Exige actualizar la planificación energética contando con la sociedad y las comunidades energéticas

Reunión con los vecinos de Galegos. La teniente de alcalde de Lalín, Paz Pérez, y la concejala de Urbanismo, Raquel Lorenzo, mantuvieron ayer una reunión con residentes de la parroquia de Galegos. El encuentro sirvió para explicarles la afección que tendrá sobre la parroquia la línea de alta tensión que evacuará la energía de los parques eólicos Órrea, de Agolada, y Mesada, de Vila de Cruces. El tendido tiene un tramo sobre predios forestales, algunos de ellos de gran riqueza biológica por tener sobreiras. Además, pasa a menos de 250 metros de algunas casas del lugar de Penas. El Concello alegará contra el proyecto, que está en exposición pública desde el 6 de este mes, porque causará daños en el sobreiral situado entre dos apoyos, justo en el borde del término municipal. No está en Red Natura, pero tienen características idénticas a las de Sobreiral do Arnego. Por su parte, la plataforma de Afectadas/os Eólicos de Cruces informó el domingo en Piloño de los efectos sobre los terrenos de la poligonal del proyecto Cunca.

Al rechazo unánime de la sociedad contra la proliferación de los megaparques eólicos se suma ahora la postura de los expertos que conforman el Observatorio Eólico de Galicia (OEGA). La entidad está vinculada a la Universidade de Vigo y a las fundaciones Juana de Vega e Isla Couto.

El OEGA recuerda que el Plan Sectorial Eólico de Galicia marca que los parques eólicos solo deben instalarse en Áreas de Desenvolvemento Eólico (ADE). Sin embargo, hay dos modificaciones que sí permiten que estas instalaciones energéticas estén fuera de las cumbres de los montes gallegos. Una de ellas tuvo lugar en 2017, variando una disposición de la Ley 8/2009 para contemplar que los parques pueden ir en ADE “así como en la faja paralela a estas”.

Decisión del Consello da Xunta

La otra modificación es más reciente, de este mismo año. Es la Ley 9/2021, de 25 de febrero, de Simplificación Administrativa y de Apoyo a la Reactivación Económica de Galicia. Según esta norma, en principio los proyectos eólicos deben ir dentro de ADE, a excepción “de modificaciones sustanciales de los parques en funcionamiento, así como aquellos proyectos que tengan una clara incidencia territorial por su entidad económica y social, que posean una función vertebradora y estructurante del territorio y sean declarados como tales por el Consello da Xunta”.

De este modo, cualquier terreno rústico sin protección ambiental quedaría expuesto a albergar un parque eólico. Por eso, el OEGA demanda al gobierno autonómico que establezca criterios para dejar claro cuándo un proyecto eólico va a tener una significativa incidencia territorial derivada de su actividad económica y social, y cuándo va a incidir de forma positiva en la vertebración y estructuración del territorio, para poder ir fuera de esas áreas de desarrollo.

El ejemplo de Serra do Cando

Los expertos de este observatorio también dejan en evidencia las incongruencias del propio gobierno autonómico. Semanas atrás, cuando se conoció el tremendo impacto que dejaría el megaparque de Monte dos Porcallos y Val do Folgoso en buena parte de la comarca dezana, la Xunta le transmitió al gobierno de Lalín que informaría en contra del proyecto por estar fuera de las tres áreas de desarrollo de Deza: Serra do Candán, e límite con O Irixo y Monte Carrio. Y, sin embargo, las dos modificaciones citadas sí permitirían las instalaciones en cualquier terreno rústico que carezca de protección ambiental.

El OEGA menciona ya una petición de parque eólico que funciona fuera de un área de desarrollo: el proyecto de Coto do Carballal, en las proximidades del LIC Serra do Cando. “En esa área, situada sobre Red Natura, hay en la actualidad dos parques eólicos, de casi 65 MW teniendo en pie 97 aerogeneradores”. Este parque figura en el Rexistro Eólico de Galicia como “de nueva solicitud”. Y no podemos olvidar que la Serra do Cando. limítrofe con la Serra do Candán, ocupa terrenos de Cerdedo-Cotobade y Forcarei, así como de A Lama y del concello ourensano de Beariz. Por otra parte, el proyecto del parque eólico Tramontana, actualmente en exposición pública, admite que gran parte de su estructura va fuera de áreas de desarrollo eólico, y menciona otros tres parques en funcionamiento que tampoco se ciñen totalmente a las ADE: el parque eólico Masgalán – Campo do Coco (ADE Ameixeira do Teixeiro/Monte Festeiros), y los parques eólicos singulares Campo das Cruces y Campo das Cruces II, ambos fuera de ADE.

Ante esta situación, el Observatorio Eólico de Galicia defiende una moratoria eólica “que permita actualizar la planificación energética y territorial de Galicia”, teniendo en cuenta la participación de toda la ciudadanía para dar pie a una norma “que recoja el papel activo de las comunidades energéticas y d transición energética”. Una comunidad energética está compuesta por personas, empresas o instituciones públicas y sirve para producir energía de autoconsumo o para terceros, normalmente siempre en el mismo lugar donde se genera. Esta figura jurídica está ya muy extendida en Alemania (con 1.800) o Dinamarca, con 700. En España, según un informe del BBVA, se rebasa la treintena.

Y mientras las comunidades energéticas si obtienen beneficios económicos de la energía que producen, los proyectos eólicos “no crean puestos de empleo, no tienen retorno económico más allá del IBI a los concellos y lo que pagan a los comuneros y son incompatibles con otras actividades económicas” recuerda el colectivo Petón do Lobo.

Miembros de Capitán Gosende con un grabado rupestre.

Los petroglifos de Forcarei, en riesgo

Son muchas las voces que se alzan contra los proyectos de parques eólicos que prevén instalarse en la zona. También son varios los colectivos vecinales que tratan de poner el foco en los riesgos que dichas instalaciones pueden tener sobre el medio ambiente, la salud, los recursos hídricos, la fauna o la flora, por mencionar algunos. A estas voces que reclaman una revisión de los proyectos y un estudio de los impactos que ocasionarían dichos parques eólicos se suma la de Capitán Gosende. Este colectivo de Cerdedo-Cotobade lleva años comprometido con la protección del patrimonio natural, cultural y artístico de la comarca. Por ello, y dado la gran cantidad de parques eólicos que prevén construirse en la zona, dicha asociación advierte de su impacto sobre el patrimonio cultural.

Aseguran que el parque de Tramontana, que afectaría a los municipios de Silleda y Forcarei, repercutiría negativamente sobre once grabados rupestres. Los petroglifos a los que se hace referencia fueron encontrados por Capitán Gosende a lo largo del 2018 y señalan que todavía no han sido incluidos en el catálogo de patrimonio. Estos grabados se encontrarían en Forcarei. Más concretamente, entre las parroquias de Pereira y Aciveiro.

La mayor parte de los petroglifos se descubrieron en el Monte da Pedreira. De hecho, son nueve los grabados rupestres que catalogó ahí Capitán Gosende entre enero y marzo de 2018.

Los restantes son los petroglifos de Revoltón, Filloi y Forca da Loba. El primero de ellos se trata de una constelación con 38 cuevas que se descubrió en las aldeas de Alende y Castro de Muras. El segundo, tal y como aparece en su nombre, fue encontrado en la aldea de Filloi y cuenta con 15 cuevas agrupadas. Para finalizar, el último de los grabados que, según Capitán Gosende, están en riesgo por el parque eólico de Tramontana sería el de Forca da Loba. Este fue descubierto en la parroquia de Pereira a principios de abril del 2018. Dicho grabado consta, además, de 19 cuevas talladas. Así, el colectivo cerdedense recuerda los riesgos que también corre el patrimonio cultural y artístico de Forcarei. En este caso, por el parque eólico de Tramontana.

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