Xosé Antón Castro, comisario de la polémica exposición dedicada a Maruja Mallo y Luis Seoane en Lalín, salió ayer al paso de la polémica surgida sobre la supuesta condición apócrifa de las piezas mostradas en el museo municipal lalinense. El historiador del arte y profesor de la Facultad de Bellas de Pontevedra quiere dejar claro, en primer lugar, “que ni el Ayuntamiento de Lalín ni la Xunta de Galicia tienen nada que ver en este fregado. Afronté esta exposición, negándome a cobrar emolumentos. Fue la condición que puse porque quería luchar contra un galerista madrileño (en relación a Guillermo de Osma) que desde hace años acosa y amenaza a los gallegos que poseen obras de Maruja Mallo y a una institución (la Fundación Seoane) que dictamina con muy poco respeto y profesionalidad hacia el pintor que asegura tutelar”.

En el caso de las piezas de Maruja Mallo, Castro recuerda que “todas las obras fueron presentadas a la Visual Entidad de Gestión de Artistas Plásticos (Vegap) con un mes de antelación para que se las pasasen a los legítimos herederos y ellos juzgasen la autenticidad. No hubo respuesta y sí amenazas anónimas por vía telefónica, incluso al Ayuntamiento de Lalín, que siempre sospechamos que podrían proceder del entorno de Guillermo de Osma”. En este sentido, indica que “Guillermo de Osma desde hace años denuncia o pone en cuestión todos los Marujas Mallo que van apareciendo, especialmente en Galicia, utilizando a la familia, que desconoce la obra de la artista. Cuando acudió a la justicia perdió los juicios y mas tarde los cuadros cuestionados por él fueron reconocidos finalmente como buenos”.

Sin catálogo razonado

Por lo que respecta a la obra de Luis Seoane expuesta en el museo de Lalín, Antón Castro no duda en afirmar que “el gran problema de Seoane es la propia fundación, donde no existen expertos en su obra que hayan escrito en revistas científicas indexadas o hayan hecho una tesis, y menos aún un catálogo razonado, un auténtico despropósito en el que la alcaldesa de A Coruña debería tomar cartas”. Es más, el profesor de la Universidad de Vigo afirma que “que se sepa, es la única fundación española dedicada a un artista que después de tantos años no haya logrado poner en marcha dicha publicación”. También la acusa de “falta de profesionalidad” durante el proceso de selección de las obras de Seoane que, después, se pudieron contemplar en Lalín.