¿Qué es hostelería?, preguntas mientras revuelves con delicadeza tu café en el rincón de siempre. ¿Qué es hostelería? ¿Y tú me lo preguntas? Mira en derredor. Hostelería es ese saludo afable de quien te sirve este pocillo de energía cada mañana; hostelería es ese trozo de bizcocho que tanto esperas o esa bolita de chocolate que te permites de cuando en vez para acompañar la humeante taza; hostelería es la tapa que tan bien te sienta y tan poco de cuesta; hostelería es quien prepara tu comida con esmero para que te sientas en casa antes de volver al trabajo; hostelería es esa mesa dispuesta para que celebres la vida; hostelería es ese reencuentro que tanto anhelabas y que prometía una videollamada; hostelería es ese instante cómplice regado con una caña bien fría...¿Qué es hostelería? Hostelería son ellos y, con el permiso de Bécquer, hostelería eres tú.

Dentro o fuera. En el local o para llevar. Los bares y restaurantes dieron ayer la bienvenida nuevamente a sus clientes en un día de reapertura. Las barras salieron otra vez a la calle en forma de terrazas y los comedores extendieron el mantel. | // BERNABE/J.L.

Y eres tú porque la hostelería es también esa lavandería que ha parado sus máquinas porque ya no llegaban manteles; es también el comerciante que ve bajar sus ingresos porque no hay café que anime al paseo; es el proveedor que ayer trabajaba a marchas forzadas después de días con su mercancía acumulando polvo; hostelería es el agricultor que no ha tenido cocina en la que colocar su cosecha o el pescador que no tenía estos días quién lo esperase en la lonja dispuesto a pelear por la mejor pieza para su carta. La hostelería es cultura. Y es nuestra cultura. Es refugio. Es foro para el negocio y es punto de encuentro. Es ese lugar en el que te enamoraste o en el que te despediste; es inicio y es final. Es esa mesa en la que encontraste la inspiración; hogar de musas y sirenas. Es sustento familiar. El de muchos. El de casi todos.

Los proveedores de la hostelería, con mucho trabajo ante la reapertura. Bernabé/Javier Lalín

Los hosteleros abrieron ayer un nuevo capítulo en su propia historia de la pandemia. La verjas se levantaron con mayor energía para recibir a los clientes dentro, aunque no pudiesen abrazar a todos los que querrían dar la bienvenida. Los municipios de Deza y Tabeirós-Terra de Montes se llenaron de mesas y sillas que sacaron las barras –aun vedadas– a la calle, todavía flores tardías de invierno que se abrieron con la soleada jornada de viernes.

La reapertura de bares y restaurantes –todavía muy limitada en cuestiones de aforo y horario, ya que de nuevo hubo que bajar la persiana a las seis de la tarde– se acompañó de preparativos para nuevas medidas de protección. Otra vez hubo que sacar el metro, colocar carteles y prohibir el uso de algún mobiliario para salvaguardar las distancias. Sin embargo, también fue día de alegría entre fogones y en los comedores, aunque muchos tuviesen que quedarse con las ganas. Tiempo habrá. Algunos no abrieron, otros ya nunca volverán.

Interior de una cafetería de reciente apertura en A Estrada. Bernabé/Javier Lalín

Los teléfonos comienzan a sonar; las mesas van colocando sus carteles de reservado para el fin de semana. El sol empieza a salir. Aunque todavía quede invierno por delante, cada vez calentará más. Si se avanza con paso seguro, es posible que pronto la verja aguante levantada más tiempo. Es un deseo de todos y una responsabilidad común. Por ellos. Por ti.