El presidente de la Asociación Agraria de Galicia (Asaga), Francisco Bello, remitió alegaciones contra el proyecto de orden ministerial que pretende incluir el lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespe).

Para Asaga, no tiene sentido su inclusión y por tanto, la prohibición de cazar el lobo, en vista de que las poblaciones de esta especie se han recuperado en las autonomías que cuentan con un plan de aprovechamiento sostenible y planes de gestión. Estas comunidades son Galicia, Cantabria, Asturias o Castilla y León. Los últimos censos calculan que en todo el país hay unas 300 manadas, con más de 2.500 ejemplares, concentrados en el norte peninsular. Son más que los 500 que hay en toda Francia.

Por zonas, Asaga calcula que en Galicia hay más de 90 manadas, al sur del Duero (donde la especie está protegida) hay 27, y al norte del Duero, 152. Es precisamente en esta zona donde la Comisión Europea entiende que puede ser especie cinegética, velando siempre por su conservación.

Con estas cifras, Asaga recalca que “no existe justificación biológica o de conservación para que el Ministerio incluya todas las poblaciones de lobo en el Lespe”. A nivel mundial, además, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza considera que el lobo no precisa medidas especiales para su conservación.

Igual que señaló Unións Agrarias, Asaga incide en el peligro que supone el aumento de poblaciones de lobo para ganadería extensiva, autóctona o de zona de montaña, que no puede optar por sistemas de prevención. Pero este predador también puede afectar, si aumenta, a caza mayor como el corzo, la cabra montés o el rebeco, amén de a otras especies en peligro de extinción como el urogallo o el lince.

Asaga pide una gestión del lobo compatible con la ganadería y reprende al comité que decidió prohibir su caza por obviar los estudios de las autonomías con población de lobo o porque ninguno de sus miembros sea biólogo ni especialista en este animal. Hay ocho autonomías en contra de una prohibición que afirma que no ha valorado otras alternativas y no desgrana la importancia cultural que tiene esta especie. Asaga teme que con esta prohibición, sigan en práctica métodos ilegales para reducir la densidad del lobo.