La temporada de caza menor bajó el telón el pasado miércoles en Deza y Tabeirós-Montes con unos resultados mejores de los esperados, según la mayoría de los colectivos de este deporte en la zona. Perdiz y becada salvaron una campaña donde el zorro escaseó afectado por las enfermedades a la espera de unas batidas de jabalí que se aguardan como agua de mayo en las distintas sociedades de caza. “La cosa algo mejor que el año pasado sin ser algo descomunal porque están los tiempos como están. La gente estuvo muy contenta porque se divisaba más caza en el monte que el año pasado porque funcionaron las repoblaciones”, indica Manuel Sanmartín, presidente del Tecor Río Ulla, donde se están quedando sin zorros porque “llevan años afectados por la sarna”.

Por su parte, Javier Santos, presidente de la Sociedade de Caza de Cerdedo, considera que “la caza está en declive pero lo que salva la temporada es la becada, que tuvo una muy buena entrada y hace que la gente se esté reciclando más. Además, hicimos una repoblación de perdiz al principio, las fueron abatiendo hasta no quedar nada”. Santos recuerda que “lo que sigue funcionando es la caza mayor como el jabalí porque está siempre estable y el corzo, que aumentó”. Su homólogo de la Sociedade de Caza de Vila de Cruces, Manuel Blanco, subraya que “la temporada de caza menor fue bastante buena aunque podía ser mucho mejor, claro. La gente no se queja mucho. Aquí lo más destacado es el jabalí. Echamos unos mil quinientos conejos pero se mató muchísimo menos que otros años porque no llegaron a seiscientas las capturas finales porque, además de las enfermedades y los depredadores, los montes no están nada preparados”.

En Dozón, el presidente de su sociedad de caza, José Rodríguez, no dudó en realizar un balance muy satisfactorio a tenor de las capturas conseguidas por sus compañeros: “A nosotros, en perdiz fue algo espectacular. En cuanto se refiere a los conejos también estuvo la cosa bien pero empezaron a venir los días buenos de caza ahora porque el conejo si no hay heladas está siempre metido en la toquería. Como llovió mucho los conejos no aparecían. Hay mucho rastro pero al final los perros no consiguen localizarlo porque está dentro de los tocos”, explica mientras destaca que “en becada fue bastante bien y en jabalí este año batimos el récord de capturas después de solicitar un incremento de 30 precintos más, que no creo que nos llegue para la temporada”. El mandatario del colectivo de cazadores de Dozón también indica que por lo que respecta al zorro “como había bastante caza menor y con todo esto de la pandemia tampoco se animó mucho la gente para cazar. Tenemos tres cuadrillas de zorro pero ninguna está cazando y a ver si a partir de este fin de semana los cazadores se animan. En este tema, el mejor año fue para el zorro y no para nosotros porque no se está cazando en absoluto”.

Por lo que respecta a Rodeiro, Rubén Quintá piensa que la cosa “fue regular por los problemas con los conejos y la perdices. Eso sí, lo que tenemos aquí es mucho jabalí, zorro, becada y alguna que otra liebre. Se puede decir que hubo gente que sí cazó bien pero otra que no tanto, como siempre. En nuestro caso, las capturas bajaron con respecto a las del año pasado. Esperemos que el año que viene sea mejor y en todo”.

En el caso de la Sociedade de Caza de Lalín, su presidente en funciones José Luis Montoto manifiesta que “creo que hubo capturas pero nos vamos a reunir hoy (por ayer) para hacer balance. Desde luego, fue una temporada atípica por el COVID-19 pero se puede calificar como buena”. De igual forma, cazadores de Silleda consultados por esta Redacción piensan que la campaña cinegética que llegó a su fin esta misma semana ha sido “satisfactoria” debido a la presencia de conejos “hasta el último día”.

Alimañas y la vírica diezman a los conejos

Dos factores han condicionado este año de la pandemia la caza de conejo en las comarcas. Por un lado, la hemorragia vírica como enfermedad que ha desplazado a la mixomatosis como principal causa de muerte de este roedor. Y por otro, la presencia de depredadores en los distintos cotos, que también contribuyeron a su exterminio. “Mira que trabajamos pero no hay manera. Hicimos muchos cierres, grupitos pequeños, los intentamos adaptar al terreno y toda la historia pero debe ser algo cíclico porque llega la vírica y los barre. No deja ni uno”, explica Javier Santos de la Sociedade de Caza de Cerdedo. De igual forma, su homólogo de Rodeiro, Rubén Quintá, recuerda que “tuvimos muchos problemas con los conejos y la hemorragia vírica, pero también por aquí nos hemos encontrado con mucho halcón y demás depredadores que no dejan nada en el monte”. Cabe recordar que tras el brutal rebrote de la mixomatoxis de este año, la neumonía hemorrágico vírica ha vuelto a hacer de las suyas entre los gazapos de Deza y Tabeirós-Montes. La enfermedad hemorrágica vírica del conejo o RHD (Rabbit Hemorrhagic Disease) es una enfermedad vírica que comenzó a azotar a estos animales en los años 80 del siglo pasado, sin que se hayan determinado los orígenes o su procedencia. Los brotes periódicos estacionales castigan cada año y diezman las poblaciones al transmitirse por contacto directo con los animales infectados, así como por vectores pasivos. Las vías más usuales de infección son la oral, nasal o conjuntival.