Dedicó tiempo a los feligreses, a visitar a los enfermos y, sobre todo, a poner a punto un templo que, como cualquier casa, notaba el deterioro del paso del tiempo. Ya en septiembre de 2018, los vecinos de Vilatuxe rindieron un homenaje al que entonces era su párroco, Eliseo García Sanmartín, por afrontar una serie de obras por más de 159.000 euros.

El sacerdote, natural de Anzo, se jubiló hace más de un mes, y ayer volvió a la que fue su parroquia durante 10 años para, al final de la misa que compartió junto al nuevo párroco, el padre Katanga, y el responsable de la parroquia de As Dores, Marcos Torres, recibir un sencillo y emotivo homenaje. Un niño y una niña le entregaron una placa bañada en planta como recuerdo de todas sus obras en la parroquia. La placa luce dos fotografías: una de cuando se ordenó sacerdote y otra, más reciente. Ya en el anterior homenaje, se colocó una placa conmemorativa de todas las obras que acometió este sacerdote. Pero, a diferencia del tributo de hace un par de años, en el de ayer no pudo haber comida de confraternización posterior debido a la pandemia sanitaria.

Un vecino, profesor de catequesis, se encargó de leer un texto en el que se mencionan algunas de las reparaciones que Eliseo García llevó a cabo en Vilatuxe: el pintado del altar, la restauración de varias imágenes, el cambio del tejado para alejar las humedades o la restauración, también, de los bancos. Fue necesario también cambiar las puestas y dotar a la sacristía de un aseo. En estos casi diez años de servicio religioso en Vilatuxe, Eliseo García deja además remanentes que permitirán continuar con obras, en caso que la iglesia necesite una nueva puesta a punto. Los trabajos pudieron llevarse a cabo con distintas subvenciones y aportes de los propios feligreses.

Vilatuxe fue la última parroquia en la que prestó servicio este sacerdote de 81 años. Pero fue un ejemplo más de cómo entiende él su labor de apostolado. En su dilatada carrera, se encargó también de promover restauraciones en otras seis iglesias, tanto de la provincia de Pontevedra como la de Lugo. Y es que con su ejemplo, Eliseo García también emuló a un santo, San José Obrero, patrono precisamente de las personas trabajadoras.

Huella en seis templos más