Cuatro generaciones han pasado ya por la empresa Distribuidora de Viños Manuel Gil de Lalín pero ninguna de ellas se había enfrentado a algo como lo que están viviendo en estos momentos. Conocida como la de "Gorrión", nombre familiar, la distribuidora ha visto como la crisis provocada por el coronavirus ha reducido sus ventas entre un 65 y un 70 por ciento. Así lo estima Manuel Gil, quien destaca el cierre de la hostelería como el golpe principal que han sufrido, no solo su distribuidora, sino otras muchas que trabajan con el sector.
En su caso sin embargo, han logrado mantener la empresa abierta y sin tener que realizar un ERTE como le ha pasado a otras muchas. Gil reconoce que el secreto está en tener una tienda física, en la que siguen realizando ventas directas a clientes habituales. Además, mantienen su servicio de reparto puerta a puerta, algo que funciona bien, especialmente en las aldeas. Con esas ganancias pueden ir pagando facturas y salario del empleado, aunque nada de ganancias.
Gil explica que la apertura de algunas terrazas no se ha dejado notar, ya que el consumo de bebidas en estos espacios y con buen tiempo suele estar más enfocado a la cerveza o los refrescos. Muchas distribuidoras tienen previsto comenzar a trabajar la próxima semana, con el esperado inicio de la Fase 2 y con la apertura de más establecimientos hosteleros. Para el lalinense sin embargo todavía queda mucho para recuperar la normalidad en su sector y estima que serán muchos los establecimientos que esperarán a que finalice el estado de alarma para reabrir sus puertas.
