Tirar una moneda a una fuente es algo típico, tanto para quienes quieren encerrar en este gesto la petición de un deseo como para quienes buscan con él asegurarse que volverán a ese mismo lugar en el futuro. Ello explica por qué enclaves como la Fontana de Trevi están repletos de monedas. En A Estrada la nueva fuente de la alameda municipal despertó también este gusto de los visitantes por arrojar monedas al agua. Sin embargo, la "fontana" local oculta estos días esos deseos. El color verdoso del agua y su turbidez hacen que ya no brillen el dorado o el cobrizo de las muchas monedas arrojadas a esta fuente.

Plumas y hojas se mantenían ayer en la superficie de esta fuente. El aspecto de su agua, sumado a los muchos excrementos de pájaro que salpican el pavimento que la rodea, invitaban a mirar para otro lado. La estampa dista mucho de ser idílica o apetecible para quien guste de descansar observando el fluir y la frescura del agua.

Juan Constenla apuntó que a esta situación se dará solución ya el lunes. Un tratamiento floculante buscará eliminar las algas y se empleará el circuito cerrado que ya tiene esta fuente para que agua no luzca tan estancada como actualmente. Apuntó que por evaporación bajó el nivel del agua y que es preciso reactivar el circuito. Las monedas seguirán o no. La fuente ya tiene bastante con su propio deseo: lucir limpia para cumplir su función ornamental.